Las ruinas de Por-Bajin en una isla del lago de Tere-Khol, en Siberia
Las ruinas de Por-Bajin en una isla del lago de Tere-Khol, en Siberia - Fundación Por-bajin

Por-Bajin, las ruinas más enigmáticas de Siberia

Nadie sabe aún si era una fortaleza, un templo o un palacio, ni por qué fue abandonado

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

¿Fue una antigua fortaleza? ¿Un palacio de verano? ¿Un monasterio? Más de un siglo después de su descubrimiento en una isla del lago de Tere-Khol, en Siberia, nadie ha logrado aún desvelar los secretos que guarda Por-Bajin ("casa de barro" en el idioma tuva).

«Por-Bajin está considerado legalmente como uno de los monumentos arqueológicos más misteriosos de Rusia», según señala la Fundación Por-Bajin en su web. Al parecer, fue construido en la época de los uigures Khaganate (744 -840), probablemente hacia el 757 después de Cristo. «No está claro si era una fortaleza, un templo budista o una residencia de verano», señalan en la Fundación. Hay quien sostiene que se trata de un antiguo observatorio, otros que su arquitectura recuerda a un modelo de ciudad-palacio chino, aunque también podría ser una fortaleza.

En cualquier caso, si fue obra de los uigures, ¿por qué levantaron esta construcción en un lugar tan solitario, alejado de grandes asentamientos y de rutas comerciales?

Tampoco se sabe si la construcción se realizó en la isla o este lago de gran altitud en Tuvá, en el centro de Eurasia, se formó posteriormente alrededor de la misma.

El lugar fue explorado en 1891, con trabajos de excavación en pequeña escala entre 1957 y 1963, y posteriormente en 2007. Se hallaron tablillas de arcilla de pies humanos, dibujos en las paredes que antaño fueron de color, puertas gigantes y fragmentos de madera quemada, aunque ninguno de los objetos ha arrojado luz sobre el origen de Por-Bajin ni sobre por qué fue abandonado a principios del s. IX.

Los científicos señalan que la construcción no contaba con ningún sistema de calefacción rudimentario, algo extraño en un lugar a 2.300 metros sobre el nivel del mar y con un clima tan duro como el siberiano.

La fusión del hielo, por las temperaturas más cálidas del último siglo, no sólo va destruyendo las paredes sino que están aumentando de forma dramática el nivel del agua del lago, según señaló en 2014 el diario The Siberian News. Irina Arzhantseva destacó en una investigación en 2011 la doble amenaza que supone el deshielo para la supervivencia a largo plazo de este sitio arqueológico. «Se estima que las paredes comenzarán a derrumbarse en el lago en unos 80 años», escribió.

Las investigaciones revelaron que al menos dos terremotos habían acelerado el deterioro natural del lugar, el primero de ellos ya en el siglo VIII. «Aún no está claro cuánto tiempo perduraron los edificios después del abandono del lugar en el siglo IX, pero algún tiempo después del abandono se produjo otro terremoto catastrófico que dio lugar a incendios y al colapso de las paredes del recinto sur y el este, y destruyó el bastión de la esquina noroeste», apuntaba The Siberian News.

Misterioso y bello, el lugar resulta cautivador. «He estado en muchos lugares, he visto muchas cosas, pero nunca he visto nada como esto», afirmó el presidente ruso Vladimir Putin cuando visitó la isla junto al príncipe Alberto de Mónaco en 2007.

Ver los comentarios