Osvaldo Gabriel Pereira-Resquín
Osvaldo Gabriel Pereira-Resquín - redaccionmedica.com

Se presenta al MIR «como deporte», queda segundo y no elige plaza

Osvaldo Pereira trabaja como pediatra en Valencia y se examinó para acompañar a sus alumnos

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Osvaldo Gabriel Pereira-Resquín es un pediatra de 29 años. Nacido en Argentina, llegó a Valencia cuando tenía 14 años. «Siempre digo que soy valenciano porque me he sentido como en casa», explica. Es profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad Cardenal Herrera-CEU de Valencia y prepara a estudiantes que se presentan al MIR en la academia CTO. También trabaja en el Hospital La Fe haciendo guardias y pasando alguna consulta.

Nada parece distinguir la trayectoria de Pereira-Resquín de la de tantos otros jóvenes médicos que dan sus primeros pasos profesionales. Pero no todos han conseguido el número dos en la convocatoria del MIR ni, mucho menos, han renunciado a su derecho a escoger plaza en la especialidad soñada en uno de los mejores hospitales del país.

Sin embargo, Pereira lo ha hecho. Es la segunda ocasión en la que se presenta al MIR. Hace cinco años quedó tercero y eligió como especialidad Pediatría en el Hospital La Fe. Ahora, ha renunciado a su plaza. «Tan sólo lo he hecho para acompañar a mis alumnos», aclara.

No es un bicho raro, ni un diletante, ni siquiera se lo ha planteado como un reto o una forma de buscar fama o notoriedad, pese a que su historia se ha convertido en centro de atención.

Sencillamente se define como un profesor implicado totalmente con sus alumnos. «A algunos les he dado clases seis o siete años. ¡Cómo no voy a acompañarles!», aclara. La diferencia respecto a otros años es que Gabriel ya ha terminado la especialidad de Pediatría, por lo que podía volver a presentarse a la prueba. «Hasta ahora los he acompañado hasta la puerta del examen y los he esperado fuera. Este año he podido entrar con ellos». Eso sí, no esperaba tan buen resultado. «He tenido suerte», afirma.

«Ir tranquilo ayuda»

Reconoce que expresamente no se ha preparado para la prueba, «pero sí que estudié a fondo hace cinco años. Además, soy profesor y atiendo pacientes por lo que tengo que estar al día». «Acompañarles es parte de mi trabajo y hacer el examen me permite conocerlo mejor para luego enseñarlo a mis alumnos. E ir tranquilo, sin jugarme nada, ayuda», apunta Gabriel. Más información en El Comercio de Gijón.

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