¿Qué pasó con los pangolines y los murciélagos?

A unas horas de que se conozca el informe final de la OMS sobre el origen del coronavirus, las explicaciones conspiranoicas parecen más asentadas que las científicas

AFP

B. L. E.

A unas horas de conocer el informe de la OMS , y más de un año después del estallido de la pandemia son más las teorías conspiranoicas que circulan sobre el origen del virus que las certezas. ¿Por qué se dijo que el origen del SARS-CoV-2 había que buscarlo en los pangolines y los murciélagos?

Las respuestas, si finalmente las hay, llegan a destiempo. Con un informe elaborado en el mercado de Wuhan perfectamente limpio y sin la posibilidad de recabar pruebas que sirvan para obtener alguna respuesta certera en la nebulosa que supone el origen del virus. Como resolver un asesinato en un escenario del crimen que aún huele a lejía.

En el mes de febrero del año pasado, un grupo de investigadores de la Universidad Agrícola del Sur de China (SCAU) determinó que los pangolines, unos mamíferos similares a los armadillos, habrían podido ejercer como «huéspedes intermediarios» del coronavirus.

Poco se ha confirmado desde entonces, aunque existen varios estudios sobre los genes del coronavirus en diferentes especies que han arrojado algo de luz sobre la investigación aún en curso.

Todo apunta a que un antepasado del virus SARS-CoV-2 estuvo una vez presente, tanto en murciélagos como en pangolines, antes de llegar a los humanos . Sin embargo, diversos autores indican que se necesita más investigación para encontrar el coronavirus animal que primero infectó a las personas.

Varios científicos han comparado los coronavirus que afectan a los murciélagos y pangolines con el virus que causa el Covid-19 en las personas. Lo que los trabajos parecen demostrar es que hay tipos de coronavirus que se encuentran tanto en pangolines como en murciélagos que son genéticamente más similares al virus SARS-CoV-2 humano que a otros virus de los mismos huéspedes.

Los autores explican que notaron «un puñado de coronavirus de murciélago y los siete coronavirus de pangolín son muy similares al SARS-CoV-2. Nuestro estudio enfatiza la necesidad de más análisis de coronavirus de especies animales sospechosas. Cerrar esta brecha de conocimiento puede ayudarnos a comprender mejor el proceso que permite que el virus infecte a los humanos».

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