Coronavirus China

Mueren dos pasajeros del crucero en cuarentena por el coronavirus en Japón

El fallecimiento de dos ancianos aviva las críticas por el desembarco del «Diamond Princess», donde algunos expertos piden alargar la cuarentena porque ha habido más de 600 contagios

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Pablo M. Díez

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Mientras sigue con polémica el desembarco del crucero « Diamond Princess » tras el fin de su cuarentena por coronavirus en Japón, han fallecido dos de sus pasajeros. Según informa la televisión pública NHK, se trata de un hombre y una mujer de unos 80 años y con otras dolencias que habían sido evacuados del barco los días 11 y 11, tras diagnosticársele la enfermedad.

Con ambos, son ya tres los fallecidos por la epidemia en Japón, que presenta el mayor número de contagiados después de China, donde se originó en diciembre en la ciudad de Wuhan. De sus más de 700 casos, 621 han sido detectados en el crucero , que el día 4 fue puesto en cuarentena en el puerto de Yokohama tras descubrirse que tenía el coronavirus otro pasajero que había viajado a bordo hacía dos semanas, un hombre de Hong Kong de 80 años. Como la enfermedad suele incubarse en un periodo de 14 días, las autoridades niponas decidieron inmovilizar la embarcación con sus 3.700 ocupantes dentro por si ese infectado había contagiado a la tripulación y esta, a su vez, a los nuevos pasajeros.

Una decisión que algunos expertos han criticado por el riesgo que supone confinar a tanta gente en un espacio tan reducido, con muchos camarotes de solo 16 metros cuadrados y sin ventanas para familias de cuatro personas. El más crítico ha sido el profesor Kentaro Iwata, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Kobe, quien visitó el crucero y denunció que la cuarentena había sido, en realidad, una incubadora del coronavirus. Aunque este jueves ha borrado el vídeo que había difundido en internet, se ha reafirmado en sus críticas en una rueda de prensa a través de Skype con el Club de Corresponsales de Japón. En ella, ha vuelto a insistir en la falta de medidas de seguridad y lo «caótica» que ha sido la cuarentena en el barco, donde quedan más de 2.000 personas .

Tras el desembarco el miércoles de 443 pasajeros, que dieron negativo en las pruebas del coronavirus, otros 500 lo harán este jueves y el resto el viernes. Tanto la tripulación como los que han estado en estrecho contacto con los contagiados deberán permanecer algunos días más para comprobarse si están infectados o no.

Repatriados en aviones fletados por sus gobiernos, los pasajeros de Estados Unidos, Australia, el Reino Unido, Canadá y Hong Kong deberán pasar otra cuarentena de 14 días. Pero l os pasajeros japoneses no tienen ninguna restricción tras bajar del barco, lo que ha provocado una gran controversia.

El Gobierno nipón se defiende argumentando que han dado negativo en las pruebas del coronavirus y no tienen ni tos ni fiebre, pero algunos expertos recuerdan que este puede ocultar sus síntomas durante las dos semanas de incubación, que en casos de aislamiento llega incluso a los 24 días . Por ese motivo, alertan de que, si no guardan otra cuarentena en sus países, algunos pasajeros desembarcados podrían desarrollar la enfermedad en los próximos días y propagar la epidemia por todo el mundo. Un grave peligro porque en el «Diamond Princess» había pasajeros y tripulantes de más de 50 nacionalidades.

Tras hacerles unas pruebas básicas de salud, el miércoles también empezaron a desembarcar los pasajeros del crucero « Westerdam », atracado en Camboya y donde una turista estadounidense fue diagnosticada del coronavirus días después de salir del barco. Su caso hizo saltar las alarmas y obliga a rastrear los pasos de los demás pasajeros, entre ellos varios españoles.

Aunque la epidemia sigue propagándose con 75.000 contagiados y más de 2.120 fallecidos en China, incluyendo el miércoles la segunda víctima mortal en Hong Kong, al menos ha bajado el número de enfermos hospitalizados en los dos últimos días. Con una reducción de unos 1.800 pacientes en total, aún quedan más de 56.000 pacientes en China, de los que casi 12.000 están graves. Además, se hallan en observación cerca de 5.000 casos sospechosos y ya se han curado más de 16.000 enfermos. Aunque algunos expertos ponen en entredicho las cifras oficiales de China, los últimos datos positivos alimentan la esperanza de que la enfermedad empiece a remitir si sigue esta tendencia. Pero las dos próximas semanas son muy peligrosas porque cientos de millones de chinos volverán a sus trabajos y podría haber un rebrote.

En medio de su mayor crisis no solo sanitaria, sino también política, el autoritario régimen de Pekín expulsó este miércoles a tres periodistas del periódico estadounidense «Wall Street Journal» por un editorial llamándole el « enfermo de Asia ». Alegando que esa denominación era «racista y discriminatoria», las autoridades retiraron las credenciales a los tres corresponsales, que tendrán que dejar el país en cuatro días. Por sus artículos, el corresponsal de ABC también recibió la semana pasada una llamada de queja del Ministerio de Exteriores chino.

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