José Antonio Marina: «Es indecente que los rectores catalanes se posicionen políticamente»

Acaba de publicar «Historia visual #de la inteligencia» y pide una solución «a la canadiense» para Cataluña

Marina posa, en Madrid, para ABC ISABEL PERMUY

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En periodismo importa (o debería) más el qué que el quién. El contenido de lo que se dice más que quién lo dice. Sin embargo, a veces se hacen excepciones, algunas menos justificables (políticos) que otras (pensadores). En esta última categoría entra el escritor y filófoso José Antonio Marina (Toledo, 1939). Cuando habla, impone. Y no por su fija y rotunda mirada, sino por el contenido de eso que habla. Esta autoridad pedagógica siempre tiene algo interesante que decir. Ya sea en sus numerosos libros (acaba de publicar una gráfica y extensa «Historia visual de la inteligencia», a su juicio, inseparable de la cultura) o cuando alude a temas de estricta actualidad. Marina califica de «indecente» el posicionamiento de los rectores de las universidades públicas catalanas cuyos claustros aprobaron estas últimas semanas casi idénticos manifiestos en los que reclaman el derecho de autodeterminación y la libertad de los mal llamados «presos políticos».

¿Qué opina de la situación en Cataluña?

-Nuestra estructura política y social se centra en el reconocimiento de los derechos individuales. Uno de ellos es el que le otorga a la persona el derecho a elegir el modo político en el que quiere convivir. Es a lo que apelan los independentistas. Los problemas empiezan cuando se reconocen derechos que no son individuales. Entonces, aparecen una serie de ficciones a las que se conceden derechos como la figura de la «nación», el «pueblo», la «raza». Hay un conjunto de ciudadanos, no el pueblo, que son los que tienen derechos. En Cataluña entran en conflicto tres derechos individuales: el de los independentistas, el de los no independentistas y el del resto de ciudadanos del país. ¿Cómo conciliarlos? Yo propongo la solución canadiense. Allí hubo un referéndum, pero después de que el Supremo dijera que no tenían derecho a una independencia unilateral, aunque sí podían celebrar un referéndum consultivo, sin eficacia jurídica, y el Estado lo único que tenía que hacer era tomárselo en serio. Al final, en las elecciones actuales el partido que quería la independencia sacó mayoría pero ya no reclamó la independencia porque la entendió reconocida. Es algo así como «ya me han dicho que soy muy guapo y ya está».

¿Qué opina de la actitud de los rectores catalanes?

-Me parece indecente que los rectores se estén posicionado políticamente. Se está utilizando la universidad, que ya de por sí no tiene prestigio, por lo que colaboran a desprestigiarla aún más. Hay algo que va en contra de la responsabilidad educativa y es que estamos a un paso de que den aprobado general a todos los alumnos por la huelga. El que se esté hablando de un tipo distinto de evaluación para los que van a la huelga eso hay que andarse con mucho cuidado, eso es de una irresponsabilidad académica absolutamente destestable.

¿Cómo se puede resolver el conflicto entre el derecho de huelga con el derecho de los alumnos a la educación?

-Hay que tener en cuenta la ponderación de los derechos que entran en conflicto. No es lo mismo ir un día a la huelga que hacerla indefinidamente. No es lo mismo manifestarse que organizar piquetes para impedir el acceso al trabajo a los demás. Eso está prohibido por ley. No puede haber piquetes de huelga. No se puede coaccionar el ejercicio de un derecho. Se puede hacer un corte de carretera puntual pero, ¿hasta qué punto los daños que produces no son superiores a los beneficios que vas a hacer?

La Conferencia de Rectores (Crue) alude a la «autonomía universitaria»...

-Volvemos a lo de antes, al derecho de la universidad como una entidad. En todo caso, es el derecho de los universitarios.

En su libro advierte de que fueron necesarios tres millones de año para que pudiéramos mandar un tuit, ¿lo estamos haciendo mal?

-Sí. El uso que estamos haciendo de Twitter es un peligro social. Al ser muy cortos nos obligan a eludir formas de cortesía y a prescindir de los argumentos.

Además, está produciendo un fénomeno que he descrito como hiperactividad cognitiva, es decir, la necesidad imperiosa de estar recibiendo estímulos cognitivos breves y contestarlos impulsivamente. Si no reciben un mensaje en diez minutos, jóvenes y también adultos, empiezan a sentir angustia.

¿Se nace inteligente o se hace inteligente?

-Tenía un alumno brillante de 1º de Bachillerato que en todos los tests sacaba 150. Sin embargo, un día decidió dejar el aula y «aprender» en la calle. Como le gusta mandar se hizo jefecillo de una banda de chicos del barrio y con 26 años terminó en la cárcel por tráfico de drogas. ¿Es inteligente o estúpido?

Inteligente pero ha tomado malas decisiones...

-Una cosa es la inteligencia estructural y otra es el uso que se hace de la misma. El buen uso es lo que yo defino como talento. Se nace con inteligencia pero no con talento. La función de la educación es convertir la inteligencia estructural en talento.

¿Su libro tiene un público específico?

Va para un público muy general porque en este momento necesitamos esforzarnos en comprender cómo pensamos, cómo actuamos, qué es lo que hacemos. Estamos derivando hacia una idea peligrosa que sostiene qie basta con saber usar las cosas aunque no las entendamos. Eso no hace muy vulnerables y propensos a hacer disparates. Por lo tanto, debemos comprender las reacciones de la inteligencia humana a lo largo de la historia porque lo que no está diciendo es que en un plazo de 20-25 años nada menos que va a cambiar la especie humana: va a aparecer el transhumanismo, el posthumanismo...Es una hibridación de la naturaleza humana con las nuevas tecnologías.

¿Cuándo dice que hay que saber usar las «cosas», ¿a qué se refiere concretamente?

Por ejemplo, en el caso de un móvil, podemos usarlo y no hace falta que comprendamos la tecnología que tiene. Sin embargo, sí nos conviene comprender el efecto qeu está produciendo en cada uno de nosotros el uso masivo del teléfono. Lo mismo con las instituciones políticas, jurídicas, educativas...¿Me basta con saber usarlas? ¿O necesitaría comprender lo que hay por dentro? ¿Puedo entender un Código Civil o Penal sin entender la genealogía de cada uno de los artículos? Pues no. Hay un artículo de la Constitución que dice: «Todos tienen derecho a la vida». ¿A qué se refiere con todos? Esto se hizo para no meterse en el tema del aborto, dejaron una redacción rarísima.

Algo parecido sucedió con el artículo 27. Cuando dice «Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza» se buscaba poner de acuerdo a dos pareceres diferentes...

Se aprobó ese artículo con la condición de que se establecieran unos principios muy generales que después se concretarían por leyes ordinarias. Eso ha hecho que cada vez que ha venido un gobierno ha pedido su propia ley. De manera que no hubo pacto constitucional por la educación, hubo una especie de arreglo porque tenía que salir adelante.

¿Qué problemas debe resolver el pacto educativo?

Ahora los profesores no tiene ninguna práctica antes de entrar, tampoco después. De acuerdo con alguno de los TALIS que he corregido, al 40 por ciento de los profesores n0 les ha dicho nadie si están dando bien o mal las clases y cerca del 80 dice que nunca entró en clase de otro profesor para ver cómo lo hacen sus compañeros. Y ya el colmo es que mientras el 65 por ciento de los profesores finlandeses dice que no se consideran suficientemente formados para lo que estaban haciendo, el 90 por ciento de los españoles dice que estaba formando de sobra.

Aparte de la formación del profesorado, ¿qué otros problemas debería resolver el pacto educativo?

Una serie de problemas que son viejísimos, por ejemplo, el papel del Estado y de las familias en la organización, incluso de los currículos; quién gestiona la enseñanza pública, ¿deber ser funcionarial o concertada?; qué pasa con la Religión en las aulas, quién determina los contenidos éticos, morales o religiosos que se dan en Secundaria; sistema educativo centralizado o no

¿Cuáles son las respuestas a esas preguntas?

La descentralización no es un problema. De hecho, lo demuestra PISA. Ccuando cogemos la clasificación por estados, España está en el 23, 24 o 25 pero cuando cruzamos el PISA por regiones hay comunidades que lo están haciendo muy bien.

Respecto a la Religión, debe haber una asignatura que yo la englobo dentro de una historia general de las culturas, donde se estudian a lo largo de todo el periodo educativo e, incluso, en el primer curso de las universidades. Además, en dos cursos, uno en Primaria y otro en Secundaria, sí se podría dedicar parte del horario a una asignatura confesional.

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