El hijo de una enfermera y la complicidad de Leonor, la historia detrás del Princesa de Asturias a los sanitarios

La iniciativa de un chaval de 15 años logra que el jurado del premio valore el «heroico espíritu de sacrificio» de quienes han asumido «graves riesgos»

Diego posa con su madre Maite, enfermera en el Clínico de Madrid Maya Balanya

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Pocos pondrán en duda este año la ideoneidad del Premio Princesa de Asturias a la Concordia. Los aplausos que los ciudadanos regalan cada día a médicos y enfermeros se han materializado en el galardón de mayor prestigio . La institución ha eligido a los sanitarios españoles que se pusieron en riesgo y lucharon en primera línea contra el virus por su «heroico espíritu de sacrificio» . En la justificación del galardón, el jurado destaca su sacrificio personal, la abnegación para atender a miles de pacientes infectados y también la humanidad de los profesionales españoles. «Realizaron, más allá de sus obligaciones, una labor de profunda humanidad al acompañar a enfermos ingresados cuyos familiares no podían estar presentes en sus últimas horas de vida», recoge el acta.

La candidatura fue propuesta por tres científicos eminentes: un experto en biología del desarrollo, un físico estudioso de la materia condensada y un investigador de daños cardiovasculares. Todos, premiados por la institución en ediciones pasadas. Para proponer la candidatura quizá les bastó con escuchar el clamor de la calle, ver los informativos o pasearse por un hospital en los peores momentos de la pandemia. Pero, con toda seguridad, también llegó a sus oídos la iniciativa de Diego, un chaval de 15 años que inició una recogida de firmas solicitando el reconocimiento para los médicos y enfermeros españoles.

Mi madre, mi heroína

Esta historia detrás del premio también merece ser contada. Diego inició hace semanas una petición on line en la plataforma Change.org. Fue su forma de reconocer el trabajo de su madre, enfermera en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid , uno de los centros madrileños que estuvo a punto de colapsar en los peores momentos de la crisis. Cada vez que su madre volvía a casa del hospital veía el miedo y el cansancio en sus ojos . Y pensó que ella y otros como su madre se merecían un premio «por todo lo que estaban haciendo». «Es mi heroína, estoy superorgulloso de ella», decía ayer a ABC tras conocer que su «sueño» se había hecho realidad.

La petición empezó rápidamente a crecer como la espuma. En poco tiempo reunió más de 145.000 firmas de apoyo . «Soy Diego, el mayor de 6 hermanos, tengo 15 años, y luego están mis hermanos: Andrés de 13, Iván de 11, Sara de 9, Sofía de 5 y Maite de 18 meses. Nuestra madre es enfermera y trabaja en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Llevamos dos semanas encerrados en casa viviendo la angustia que mi madre tiene cada día por la situación que vive en su trabajo», narraba en su petición.

Escribió a Leonor

No fue el único intento. Además de lanzar la petición on line, se decidió a escribir a la Fundación Princesa de Asturias e incluso a la propia Infanta Leonor de la que recibió una carta de apoyo alabando su iniciativa.

Su madre, Maite, hoy es la imagen de la felicidad, rodeada de sus seis hijos, abrazando a su retoño mayor.., pero hace unas semanas era la pura imagen de la desolación. «Lo peor era el miedo a enfermar y a contagiarles en casa. Me duchaba antes de salir al hospital, al llegar a casa, no quería que me tocaran...».

También estaba el miedo a fallarle al enfermo. «En el hospital todos hemos tenido que hacer técnicas y tratamientos con los que no estábamos familiarizados.. Yo me suelo encargar de hacer audiometrías en la consulta de "Otorrino" y he ayudado con biopsias, con la colocación de respiradores... Todo lo hemos hecho sin medios, sin mascarillas ni material para protegernos y trabajando sin suficiente personal. Las tres primeras semanas de la pandemia fueron un auténtico infierno. Iba al trabajo con un temblor de cuerpo difícil de describir, sin dormir, hasta con diarrea provocada por los nervios que pasábamos y sé que no era la única».

Como en un hospital de guerra

A Maite el interior del Hospital Clínico de Madrid en aquellas fechas le recordaba las escenas de hospitales de guerra que tantas veces había visto en películas . «Caminabas por la calle, todo parecía normal y llegabas al hospital al borde del colapso. La realidad superaba con creces la ficción». Ahora sonríe y cuando se le pregunta por los culpables de aquella improvisación prefiere solo insistir en la importancia de destinar más medios para la sanidad. «¿Qué hay más importante que la salud? , lanza a los políticos.

Ayer la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) también celebró el premio con una reivindicación. Reclamó al Gobierno y las comunidades autónomas que trasladen este reconocimiento a la mejora de las condiciones laborales y el refuerzo de las plantillas en la Sanidad. «Esperamos que nuestros responsables políticos aprendan la lección y consideren la Sanidad y sus profesionales como se merecen, no solo con palabras sino con hechos». Como dice la madre de Diego, dinero para lo más importante.

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