Alemania endurece las penas a los pederastas

Las autoridades han reconocido que están investigando a unas 30.000 personas por actividades ilegales pedófilas en el país

La canciller alemana, Angela Merkel ABC

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Esta misma semana, las autoridades alemanas han reconocido que están investigando a unas 30.000 personas por actividades ilegales pedófilas en el país y el ministro regional de Justicia Peter Beisenbach ha declarado, respecto a esa investigación, que «no me esperaba ni de lejos la envergadura de los abusos a niños en nuestro país, el maltrato sexual a niños está mucho más extendido de lo que cabía imaginar». Es en este contexto en el que la ministra alemana de Justicia, Christine Lambrecht , ha presentado un paquete de reformas penales que endurecen el trato a los autores de tales abusos. «Abusar de un niño es un crimen, no es un delito», ha dicho, para justificar que los abusos pasen a partir de ahora a ser castigados con hasta 15 años de cárcel en lugar de ser sancionados, como venía ocurriendo a menudo, con una multa económica.

Once personas han sido detenidas este mes en varias regiones alemanas como sospechosas de abusar de menores y de filmar los abusos para difundirlos en la red. Siete de ellas ya tenían antecedentes y han sido encarceladas de forma preventiva, según ha confirmado el jefe de la policía de Münster, Rainer Furth. Las víctimas identificadas eran un niño de 10 años, hijo de la pareja de uno de los detenidos, otro de 5 años, hijo de otro de los detenidos y un tercero de 12 años, sobrino de otro de los detenidos. A los abusos reiterados de estos niños habría que sumar los de muchos otros que la policía todavía tiene que identificar. Solo en el domicilio de uno de los acusados, que tiene 27 años, han sido hallados discos duros con 500 terabits de datos, incluidos videos y fotos, que prueban los abusos. Estos once detenidos, todavía con la ley actual, solo llegarán a la cárcel si contaban con antecedentes y, cumplida parte de la condena, tendrán derecho a un régimen de libertad condicional. « No puede ser que la mayoría de las condenas se sustituyan por libertad condicional y que solamente en el 0,5% de los casos de abusos sexuales graves a menores se aplique el marco de condenas de entre 10 y 15 años», ha dicho la ministra alemana de Justicia, Christine Lambrecht, «detrás de la pornografía infantil se esconden sistemáticamente abusos sexuales contra menores y las multas no son efectivas porque el beneficio de la pornografía es mucho mayor que las multas, por lo que siguen siendo rentables».

La reforma planteada establece que los abusos sexuales a menores son un delito mayor, quedan apartados por tanto de la «gravedad menor». En la misma categoría quedará inscrita también la posesión de pornografía infantil. La prisión provisional podrá aplicarse aunque no exista riesgo de fuga ni ocultación de pruebas y ya no podrá suspenderse una investigación, como conseguían a menudo los abogados de los abusadores llegando a acuerdos con los tutores de los menores afectados.

«Los menores deber poder ser escuchados en su propio lenguaje durante los juicios», ha defendido también la ministra, «el punto de vista del menor debe ser tomado en cuenta como corresponde». También incluye medidas procedimentales que permitirán a los investigadores de estos casos «aumentar la presión sobre los repugnantes autores de estos crímenes», dada «la dimensión de estas atrocidades sistemáticamente organizadas».

«El maltrato a menores no puede ser castigado como un robo en una tienda. Eso se acabó. Quien agreda a menores de esa forma debe ser castigado como un criminal», ha apoyado la reforma el ministro regional de Interior de Renania del Norte , Westfalia, región en la que se han producido las más sonadas detenciones de los últimos meses.

Según datos de 2014, unos 250.000 alemanes sienten inclinaciones pedófilas. El experto de Medicina Sexual de la Clínica Universitaria de Schleswig Holstein, Jorge Posenti, calculó en ese año que «el 0,7% de la población alemana masculina se siente sexualmente atraído hacia los niños». «La visualización de fotos de desnudos, que desde otra óptica pueden ser considerada inofensiva, es a menudo el principio de una adición que lleva progresivamente a la búsqueda de imágenes más duras a través de internet y que termina en el consumo de imágenes en las que los abusos son reales».

En Alemania ha existido desde principios de siglo el controvertido Proyecto Dunkelfeld (campo oscuro), financiado por el Ministerio de Justicia y de Familia y que ha llegado a lanzar campañas para captar posibles pacientes de entre 12 y 18 años que hayan sentido inclinaciones pedófilas, con el objetivo de tratarlos y bajo la premisa de que los años de aislamiento y secreto solo llevan a la autojustificación. Pero la industria de la pornografía infantil y sus enormes beneficios pesan mucho más que los programas de prevención, por lo que el Ministerio de Justicia considera que el endurecimiento de las penas es la única vía para poner freno a una lacra que cala en todos los estratos de la sociedad alemana.

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