El virus puede permanecer en el cuerpo durante meses, pero hasta ahora se desconocían este tipo de efectos
El virus puede permanecer en el cuerpo durante meses, pero hasta ahora se desconocían este tipo de efectos - twitter

En estado crítico la enfermera escocesa que sufre una recaída de ébola

Pasó la enfermedad en enero pero el virus ha vuelto a activarse en su organismo. 58 personas están bajo vigilancia en Reino Unido después de haber estado en contacto con ella

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La enfermera escocesa Pauline Cafferkey, que la semana pasada sufrió una recaída en ébola después de superar la enfermedad en enero, se encuentra en estado crítico, tal como ha anunciado el hospital Royal Free de Londres en un comunicado.

«Lamentamos anunciar que la situación de Pauline Cafferkey ha empeorado y que se encuentra en estado crítico. Ahora está siendo tratada frente al ébola en una unidad de alto nivel de seguridad en el hospital», dice la nota de prensa, publicada a las dos de la tarde de hoy.

Se confirma así que las «complicaciones inusuales y tardías relacionadas con su infección previa con el virus ébola», anunciadas por el hospital este viernes, son un fenómeno de recurrencia de virus ébola, a través del cual el virus no solo permanecía en el organismo de Cafferkey desde enero sino que además ha sido capaz de volver a provocar la enfermedad.

De hecho, el lunes las autoridades sanitarias británicas informaron de que habían puesto bajo vigilancia a 58 personas que pudieron entrar en contacto con Pauline Cafferkey. 40 de ellas pudieron tener contacto directo con la enfermera, entre personal sanitario, amigos y familia, y 25 de estas aceptaron utilizar una vacuna experimental contra el virus ébola, tal como informó el diario « The Guardian».

Sin riesgo para la población

A pesar de estas medidas de precaución, ya se dejó claro entonces que el riesgo de contagio para el público general era muy bajo: «Es importante subrayar de nuevo que no hay riesgo para la población. El ébola no se transmite a través de contacto social, como el que tiene lugar al estrecharse las manos o al sentarse junto a alguien. Y tampoco se extiende a través del aire», recordaron las autoridades. En vez de eso, el virus se transmite a través de fluídos, como vómito, heces, sudor y sangre, de personas que están sufriendo los síntomas de la enfermedad.

Por si acaso, estas personas han sido tratadas con la vacuna experimental rVSV-ZEBOV, que la Organización Mundial de la Salud ya ha probado en más de 7.000 personas en Guinea y que se cree que tiene una eficacia del 100%.

La enfermera visitó un colegio

A pesar de este mensaje, lo cierto es que la enfemera visitó un colegio de primaria el lunes de la semana pasada, en East Kilbride, en el sur de Lanarkshire, donde le agradeció a los estudiantes sus donaciones y donde contó sus experiencias como enfermera.

«Nos han asegurado que la enfermedad no puede contagiarse a través de contacto ordinario y nosotros se lo hemos asegurado a los cuidadores y a los padres», dijeron miembros del personal del colegio en «The Guardian». El colegio está cerrado por el momento, por la pausa de octubre, y no ha habido ninguna queja ni alerta al respecto.

Posibles errores

Los familiares de Pauline Cafferkey denunciaron el domingo que la enfermera había acudido al médico el lunes pero que había sido enviada de vuelta a casa, de modo que la paciente pasó 24 horas enferma en su casa: «La han tratado de un modo totalmente diabólico... No sabemos si este retraso en el diagnóstico habrá tenido algún efecto adverso, pero vamos a averiguarlo. Seguro que no ha sido bueno», dijeron los familiares en el « Mail».

Después de esto, el martes de la semana pasada la enfermera fue ingresada en un hospital de Glasgow. El viernes de madrugada, un transporte militar especial la llevó hasta el Royal Free de Londres, a unas instalaciones de alto nivel de seguridad donde ya fueron tratados los sanitarios británicos repatriados tras contagiarse de ébola en suelo africano.

Breve historia

Cafferkey, de 39 años, contrajo el virus cuando trabajaba como sanitaria voluntaria en Sierra Leona con la organización humanitaria «Save the Children» para tratar de contener el brote de la enfermedad que afectó al África occidental. La enfermera pasó cerca de un mes en aislamiento en el Royal Free Hospital de Londres y llegó a estar en estado crítico antes de recibir un tratamiento experimental con plasma sanguíneo de otro enfermo británico, el también sanitario Will Pooley.

Hasta el momento, el brote de ébola más grave de la historia ha dejado unas cifras oficiales de 28.457 personas infectadas y 11.312 muertes, aunque la Organización Mundial de la Salud cree que los datos reales podrían ser tres veces superiores. El caso de la recaída de Cafferkey coincide con un momento en el que se llevan dos semanas sin registrarse nuevos casos de ébola en África.

Ver los comentarios