El Papa Francisco saluda a una mujer en silla de ruedas a su llegada a la audiencia general celebrada en el vaticano
El Papa Francisco saluda a una mujer en silla de ruedas a su llegada a la audiencia general celebrada en el vaticano - EFE
VATICANO

El Papa Francisco llama «valientes» a los chicos y chicas que se casan

Pide que «¡Dios os bendiga mil veces por eso!»

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En un encuentro entusiasta con más de cincuenta mil peregrinos, el Papa afirmó el miércoles que «yo llamo a los recién casados ‘los valientes’, pues hace falta valor para amarse mutuamente y para siempre como Jesucristo ama la Iglesia».

Comentó que es una decisión valerosa pues los jóvenes que se casan lo hacen a sabiendas de que llevarán un tesoro precioso en los «vasos frágiles» de la propia condición humana. «¡Dios os bendiga mil veces por eso!», les dijo entusiasmado el Papa.

El Santo Padre explicó que la analogía utilizada por San Pablo en su carta a los cristianos de Éfeso «es imperfecta, pero tiene un sentido espiritual altísimo y revolucionario. Pablo dice que el marido debe amar a la mujer ‘como al propio cuerpo’.

Esa radicalidad evangélica restablece la reciprocidad originaria de la creación».

Por si no quedase claro, Francisco se salió del texto escrito para preguntar directamente: «Pero vosotros, los maridos, ¿os dais cuenta de lo que significa amar a vuestra mujerescomo Cristo ama a la Iglesia?». Es un nivel exigente, que significa una entrega total pero, a juzgar por los aplausos, los maridos respondían con un rotundo «sí».

En el marco de la catequesis de todo este año sobre la familia y el matrimonio, el Papa afirmó que «la decisión de ‘casarse en el Señor’ tiene una fuerte dimensión misionera pues los esposos cristianos participan como tales esposos en la misión de la Iglesia».

En realidad, las catequesis de los miércoles resultan doblemente «familiares» pues, además de centrarse en ese tema, incluyen cada vez a más familias con hijos jóvenes. De hecho se ven familias de todo el planeta y de todas las razas.

Siempre abundan las escenas de alegría desbordante como la que protagonizaron este miércoles un buen grupo de estudiantes de secundaria que vinieron desde China. Cuando el Santo Padre vio sus banderas, se bajó del «papamóvil» para estrechar la mano a varias docenas de la primera fila en medio de un auténtico delirio. El entusiasmo de los jóvenes cristianos asiáticos superaba al de los latinos.

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