«Asia Bibi prefiere morir como cristiana antes que negar su fe»

Asia Bibi lleva cinco años confinada en una cárcel de Pakistán a la espera de cumplir su condena: morir en la horca. En 2010 fue acusada de insultar supuestamente al profeta Mahoma, un delito que se paga con la vida en este país donde los cristianos apenas llegan al 2% de la población. Desde entonces, su caso se ha convertido en un símbolo mundial de la lucha contra la llamada «ley de la blasfemia», una de las formas más sangrantes de discriminación y persecución que sufren los cristianos de este país.

Su marido Ashiq Masih y Eisam, una de sus hijas, se encuentran estos días en Madrid para participar en el I Congreso Internacional sobre Libertad Religiosa. Ambos han recibido a ABC en la sede de HazteOir.org, la organización anfitriona de este evento, que pretende poner voz y rostro a la persecución que sufren las minorías cristianas en países como Irak, Siria, Egipto o Nigeria.

Con el rostro marcado por la preocupación Ashiq explica en «urdu», su lengua materna, que desde que su mujer está en prisión «la situación de los cristianos en Pakistán no ha hecho más que empeorar».

-¿Cuándo fue la última vez que pudo ver a su mujer?

-La última vez que la vi fue el 9 de abril de este año antes de iniciar nuestra visita a Europa. Ella está bien física y psicológicamente.

-¿En esa visita de qué hablaron? ¿Qué le pidió?

-Cuando le conté que veníamos a Europa se puso muy contenta y

me pidió que hiciera llegar su mensaje a este continente. Sobre me pidió que les dijera que recen por ella y por nuestra familia para que tengamos toda la fuerza necesaria para que este caso se resuelva de forma favorable.

-Desde que ingresó en prisión, ¿la situación del país ha mejorado algo como para tener esperanza sobre su pronta liberación?

-Desde el día que Asia Bibi fue acusada, detenida y llevada a prisión, la situación no ha hecho más que empeorar. No sólo para ella si no para todos los cristianos de Pakistán.

-¿Cómo se encuentra la familia? ¿Cómo es la vida sin Asia Bibi en casa?

-Sabemos que un hogar sin madre es un hogar en el que los niños sufren, especialmente las hijas porque hay cosas que las hijas quieren compartir con su madre y no con el padre. Nuestros cinco hijos echan de menos a su madre y Asia Bibi echa mucho de menos a sus hijos. Yo también le echo mucho de menos. La vida de la familia ha quedado destrozada.

-El Papa les acaba de recibir. ¿Qué mensaje les ha transmitido?

-Nos sentimos muy honrados de haber sido recibidos por Su Santidad. Él nos dio la bendición, le besamos la mano en nombre de Asia Bibi. Él nos dijo que reza por ella y por todos los cristianos que sufren persecución.

-¿Debe la comunidad internacional ejercer más presión o puede tener un efecto negativo?

-El caso de mi mujer es muy conocido en todo el mundo. Nosotros tenemos la convicción de que el apoyo y la oración de la

comunidad internacional ayudará a que Asia Bibi sea liberada, por lo tanto, el apoyo que recibimos desde este punto de vista es bueno. Aunque también tiene una parte negativa y es que los musulmanes se están radicalizando y están extremando sus posturas contra ella y su caso. Conscientes de la presión que la comunidad internacional está ejerciendo contra ellos, han declarado abiertamente que si es liberada la matarán.

-¿Cuál es el siguiente paso en el proceso judicial? Sabemos que el caso está actualmente en manos del Tribunal Superior paquistaní...

-El caso se presentó el 26 de junio de 2009 y desde el 16 de octubre de 2014 se encuentra suspendido por parte del Tribunal Superior de Justicia. Nosotros hemos presentado dos recursos ante el Tribunal Supremo, pero todavía no ha habido resolución. El Tribunal Supremo nos ha dicho que tendremos que esperar un tiempo y no sabemos si va a hacer un año, dos o tres. No hay un horizonte temporal.

-Vuestra familia y la propia Asia Bibi, ¿no se han planteado en algún momento abjurar de la fe cristiana ante el enorme sufrimiento que les ha implicado sus convicciones religiosas?

-Nosotros somos cristianos porque hemos nacido en una familia cristiana. Para nosotros es un honor ser cristianos. De ahí obtenemos nuestra fuerza, nuestro coraje para luchar por esta causa. A Asia Bibi se le ofreció mucho dinero si se convertía al islam. La propuesta también incluía que si se convertía, su sentencia a muerte sería revocada. Ella se negó frontalmente y dijo que prefería morir como una cristiana.