Exterior del Hospital General de Fuerteventura
Exterior del Hospital General de Fuerteventura - ABC

Carmelo, el paciente que se quedó en el hospital siete años después del alta

En el Hospital de Fuerteventura hay otras cuatro personas sin amparo familiar en esta situación

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La estancia en un hospital es un duro trago aun cuando obedece a una mera visita y estar hospitalizado es, obviamente, una desagradable experiencia. Hay personas, sin embargo, que no tienen otra posibilidad que permanecer en el centro incluso cuando ya cuentan con el alta. Generalmente desamparadas por sus familias, estas personas pasan meses viviendo en el hospital, meses que para un paciente de Fuerteventura se han convertido en años, en siete años y seis días exactamente. Aunque se trata de un caso singular por lo que se ha prolongado, lo cierto es que no es la primera persona que ha de permanecer en el Hospital General de la isla durante años.

Fue el 27 de marzo de 2008, según información oficial a la que ha tenido acceso ABC, cuando los facultativos le dieron el alta.

Desde entonces, Carmelo (el nombre es ficticio), del municipio de Pájara, al sur de la isla, vive en el hospital y, en consecuencia, el establecimiento público cuenta con una cama menos. En realidad, con cinco camas menos, pues en la situación de Carmelo, aunque durante menos tiempo, están también otros cuatro pacientes que permanecen en el hospital a pesar de estar curados desde hace meses: desde el 7 de febrero de este año y el 18 de diciembre, 2 de diciembre y 25 de junio del año pasado (esta última desde hace ya más de nueve meses). Personas que se convierten en internos por necesidades más sociales que sanitarias.

Vienen a comer y a dormir

Aunque en la mayoría de los casos son ancianos de quienes se han desentendido sus familias, un médico del Servicio Canario de la Salud reconocía ayer que «algunos vienen solo a comer y a dormir».

Fuentes sindicales recordaron en conversación con este diario que en el mismo hospital hubo una mujer de origen indio que se quedó en el hospital después de tener el alta porque su familia no se hacía cargo de ella, aunque «de vez en cuando» incluso iban a visitarla.

Es más, desde la Intersindical Canaria aseguraron que han sido «muchos» los casos como el de Carmelo o el de esta mujer a lo largo de los años. Casos en los cuales subyacen, pues, dos cuestiones: el drama personal de quienes se ven abocados a permanecer en el hospital y el problema para la sanidad, que ve reducirse el número de camas. Si además este tipo de situaciones tienen lugar en Fuerteventura, donde el número de plazas sociosanitarias es irrisorio, el problema se agrava sobremanera.

Una residencia para 60 ancianos

Para entender lo anterior y el porqué de situaciones como la de Carmelo, basta con apuntar que Fuerteventura, donde hay más de 100.000 habitantes, cuenta con solo 74 plazas sociosanitarias: 60 de una residencia de ancianos y 14 de un centro para personas dependientes.

El Hierro, la isla más pequeña del Archipiélago y de poco más de 10.000 habitantes, tiene más plazas, subrayaron ayer fuentes sindicales. Esas 74 plazas, obviamente, están siempre ocupadas, de modo que esos ancianos a quienes sus familias dejan desamparados, el caso más repetido según explicaron desde la Consejería canaria de Sanidad, han de esperar a que quede una plaza vacante. Mientras, como Carmelo, permanecen en el hospital aunque en términos estrictamente médicos ya no lo necesiten.

Sin trabajador social

Fernando Enseñat, diputado del PP en el Parlamento autonómico por la isla de Fuerteventura, responsabilizó de esta situación tanto a la gerencia del Hospital General como a la Consejería de Sanidad y el Cabildo Insular. Enseñat reveló que el hospital ha estado sin trabajador social hasta hace unos días, trabajador social entre cuyas funciones está, precisamente, «ocuparse de esas personas». El parlamentario expuso que, cuando era necesario, se desplazaba el trabajador social del centro de salud de Puerto del Rosario, la capital insular.

El diputado del PP recuerda que las camas sociosanitarias son competencia de esta institución, asunto este del que, a su juicio, «no se ha ocupado», para lo que pone como ejemplo el caso de El Hierro.

Por si fuera poco, Fuerteventura, agrega, es también la isla con menor ratio de camas hospitalarias por habitante: «Tenemos una sanidad tercermundista».

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