Los mejores cardiólogos españoles

José Luis Zamorano: El mejor en diagnóstico por imagen

Fue el primer español en presidir las guías clínicas en Cardiología, quien elabora los protocolos de actuación en cada una de las enfermedades cardiacas. Pero, sobre todo, el nombre de José Luis Zamorano está asociado al diagnóstico por imagen y a la prevención de los problemas cardiovasculares antes de que empiecen a dar la cara. Bajo su batuta se han desarrollado técnicas de imagen tridimensional que permiten ver el corazón tal y como es. Cómo enferma y cómo responde al tratamiento. En el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, donde ahora trabaja desarrolla una tecnología única que fusiona el TAC (escáner) coronario con la ecografía tridimensional. De la fusión de ambas herramientas surgirá una nueva posibilidad para detectar la enfermedad antes de que aparezcan los síntomas. En esta investigación trabaja el servicio de Cardiología del Ramón y Cajal con otro centro de Tokio, en Japón.

Zamorano también está involucrado en el desarrollo de un nuevo sistema de ecocardiografía que permite diagnosticar con precisión, con independencia de la pericia del cardiólogo. La ecocardiografía es la piedra angular en el diagnóstico no invasivo en Cardiología. «Sin embargo, su mayor problema es que sus resultados dependen del médico que la realice. Puede haber una gran variabilidad entre médicos», señala. La máquina obtendrá de forma automática todas las imágenes y datos de cada enfermo.

Lina Badimón: La ciencia del corazón

Con solo 30 años Lina Badimon (Barcelona 1953) estaba al frente del Laboratorio de Investigación en Cardiología del Mount Sinai of Medicine de Nueva York. Hoy, con 61 años, esta infatigable y apasionada científica catalana, que dirige el Centro de Investigación Cardiovascular (CSIC-ICCC) en el Hospital de Sant Pau de Barcelona, es referente internacional en I+D de la patología cardiovascular. Tras la figura de esta prestigiosa Bioquímica está su prolífera y exitosa producción científica (ha publicado más de 380 artículos en revistas científicas de primer nivel y su índice Hirsch es 59, el más alto de los investigadores en al área cardiovascular en España). En los últimos años, Badimon ha concentrado su investigación en la patología cardiovascular, con contribuciones seminales al conocimiento de la interacción de las lesiones arterioscleróticas con las células de la sangre. Diseñó, asimismo, una cámara de flujo que lleva su nombre y que es usada internacionalmente para estudiar los efectos de los fármacos, interacciones celulares y trombogénesis. Actualmente es profesora de Investigación del CSIC y profesora de Cardiología en el Mount Sinai School of Medicine de Nueva York.

Carlos Macaya: El primero en abrir arterias sin cirugía

Ha sido pionero en la utilización de las primeras técnicas de cardiología intervencionista y en colocar los primeros «stents», unas prótesis en forma de mallas que mantienen abiertas las arterias cuando se han ocluido. tras un infarto. Además implantó el primer «stent» bioabsorbible, un dispositivo que una vez que ha hecho su trabajo se disuelve en el organismo. Dirige desde 1985 el Servicio de Cardiología Intervencionista del Hospital Clínico San Carlos de Madrid que se ha convertido en un centro nacional de referencia para las técnicas intervencionistas que permiten «viajar» por las arterias para tratar el corazón y las lesiones de los vasos sanguíneos sin necesidad de abrir al paciente. Con el manejo de estas técnicas mínimamente invasivas también ha colocado válvulas en el corazón por vía endoscópica. Entre otros reconocimientos a su labor ha recibido el premio Jaime I de investigación por ser el principal impulsor de los tratamientos sin cirugía.

Bajo su mandato, su servicio de Cardiología se ha convertido en un equipo de referencia en el tratamiento de patologías coronarias y la promoción de la investigación.

Josep Brugada: Contra la muerte súbita

En el «top ten» de los especialistas mundiales en muerte súbita cardíaca figura desde hace años con honores el doctor Josep Brugada. El nombre de este cardiólogo catalán destaca en todos los libros de medicina por describir, en 1992, junto a su hermano Pedro, el síndrome causante de esta patología, que bautizaron como «síndrome Brugada». Posteriormente, con la colaboración de su otro hermano, Ramón, detallaron la causa genética del mismo e identificaron las mutaciones responsables de la alteración en el funcionamiento del canal de sodio cardiaco. Licenciado en Medicina y Cirugía y Doctor en Medicina (Cum Laude) por la Universidad de Barcelona, Brugada ha sido durante años el cardiólogo del F. C. Barcelona, el equipo de sus amores, según confiesa. Su reconocido prestigio le ha llevado a dirigir durante años unidades de referencia en la especialidad. Ha sido Jefe del Servicio de Cardiología, director del Instituto del Tórax y director Médico del Hospital Clínic de Barcelona hasta julio de 2014. Actualmente es jefe de la Sección de Arritmias del Hospital Pediátrico Sant Joan de Déu. Ha publicado más de 400 artículos originales en las revistas internacionales más influyentes y ha recibido premios de distintas sociedades (Colegio Americano de Cardiología, Sociedad Europea de Cardiología, Sociedad Alemana de Cardiología, entre otras).

Julián Villacastín: El especialista en arritmias

La variación de la frecuencia cardiaca es normalmente un cambio inofensivo que cambia con el ejercicio físico y las emociones. También pueden serlo las arritmias que afectan en algún momento a la mayoría de la gente sana, por estrés o consumo de alcohol. Pero también las hay potencialmente mortales y estas son las que trata la unidad de arritmias del Hospital Clínico San Carlos que dirige Julián Villacastín. Su unidad ha sido pionera en la implantación de desfibriladores, un seguro de vida que trata las arritmias letales cuando se producen. Este año han colocado los primeros desfibriladores que funcionan sin que los cables toquen el corazón. Este nuevo dispositivo ofrece igual protección que los convencionales sin las complicaciones que puede originar el cable, ya que éste es el punto débil de cualquier sistema de desfibrilación.

Marisa Crespo: Por el control de la insuficiencia cardiaca

Responsable desde 1993 de la unidad de Insuficiencia Cardíaca Avanzada y Trasplante Cardíaco del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña es un sólido referente nacional e internacional en un campo que ha estado tradicionalmente dominado por médicos varones. La insuficiencia cardiaca es una de las epidemias del siglo XXI y una enfermedad que conduce al trasplante en sus fases más avanzadas, aunque cada vez hay más esperanzas en su tratamiento farmacológico. El último en llegar es el «LCZ696», una molécula (aún sin comercializar) que se ha ensayado en hospitales de 47 países y en el que ha participado el servicio de la doctora Crespo.

Además de atraer investigaciones internacionales, bajo la dirección de Marisa Crespo, el hospital coruñés se ha convertido en uno de los centros más activos del país, habiendo realizado ya 700 trasplantes cardiacos. De firme compromiso público, solo ha ejercido en la sanidad pública, fue pionera en crear un registro nacional de los tumores que se pueden producir tras los trasplantes cardiacos, con el fin de mejorar su seguimiento y pronóstico.

Francisco Fernández-Avilés: Hacia los tejidos de laboratorio

Francisco Fernández-Avilés es jefe del Servicio de Cardiología del Hospital General Universitario de Gregorio Marañón de Madrid y Catedrático de Cardiología de la Universidad Complutense. Desde 1990 hasta 2006 fue Jefe de Servicio y Profesor Titular de Cardiología en Hospital Clínico-Universitario de Valladolid, donde fundó y dirigió el Instituto de Ciencias del Corazón (ICICOR). Compagina su labor asistencial con una intensa actividad docente y de investigación. Sus actividades de investigación se enfocan fundamentalmente en las técnicas de cardiología intervencionista, en las estrategias de reperfusión del infarto agudo de miocardio y en las terapias celulares de reparación y regeneración cardiaca para la prevención y el tratamiento del fallo cardíaco. En colaboración con la Universidad de Minnesota, trabaja en la «fabricación» de un corazón artificial a partir de las células madre del paciente. Este logro sería un paso de gigante de la medicina regenerativa.

Jesús Almendral: Bálsamo para los corazones mayores

Lleva casi 30 años dedicado al funcionamiento eléctrico del corazón. Formado en el Gregorio Marañón de Madrid, desde 2009 se dedica en exclusiva a su trabajo en el grupo de hospitales HM, donde dirige el Centro Integral de Enfermedades Cardiovasculares (CIEC). Su superespecialización es la ablación por catéter, una técnica menos agresiva para eliminar la fibrilación auricular, una de las arritmias más frecuentes. En este centro se practican la mayoría de las ablaciones para este tipo de arritmia que se efectúan en el país con muy buenos resultados. Los pacientes sólo permanecen ingresados 1,1 días de media.

Luis Manzano: Experto en corazones agotados

Luis Manzano no es cardiólogo, es internista, pero está consiguiendo reducir el riesgo cardiovascular global en la población mayor, la más débil y con más insuficiencia cardiaca. Ha puesto en pie una unidad pionera en el Hospital Ramón y Cajal. Una nueva forma de atender a los llamados enfermos «pluripatológicos» que acaban dando tumbos por numerosas consultas del hospital.

Él ofrece una visión y tratamiento global para un cuadro clínico cada vez más frecuente en el mundo desarrollado: mayores con «goteras» en el corazón, riñones y bronquios unido a una tensión arterial por las nubes y una diabetes tipo 2 que convive al mismo tiempo con cifras altas de colesterol y una anemia persistente.

Valentín Fuster: pionero en prevención y tratamiento de infartos

Valentín Fuster compagina actualmente sus funciones como director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) de Madrid, y director del Instituto Cardiovascular y «Physician-in-Chief» del Mount Sinai Medical Center de Nueva York . Fuster es el único cardiólogo que ha recibido los máximos galardones de investigación de las cuatro principales organizaciones internacionales de Cardiología: la Asociación Americana del Corazón, el Colegio Americano de Cardiología, la Sociedad Europea de Cardiología y la Sociedad Interamericana de Cardiología. Ha publicado más de 900 artículos científicos en revistas de ámbito internacional, y dos de los libros de mayor prestigio dedicados a la cardiología clínica y de investigación: The Heart y Atherothrombosis and Coronary Artery Disease. Es editor jefe de la prestigiosa «Nature Reviews in Cardiology». Las contribuciones a la medicina cardiovascular hechas por el doctor Fuster han tenido un enorme impacto en la mejora del tratamiento de pacientes con dolencias cardíacas. Sus investigaciones sobre el origen de los accidentes cardiovasculares, que han contribuido a mejorar la prevención y el tratamiento de los infartos, le valieron en 1996 el Premio Príncipe de Asturias de Investigación.