María José Martín con su hija
María José Martín con su hija - ABC
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El Madroño, el pueblo más envejecido de Sevilla

Con 290 habitantes tiene la tasa más alta de envejecimiento; este año han nacido cuatro niños y otro está en camino pero hay piscina, gimnasio y pronto pista de pádel

SEVLLA Actualizado: Guardar
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El Madroño es, según los últimos datos de Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía, el pueblo con mayor índice de envejecimiento de Sevilla. Lo es porque, según estas estadísticas, hay 647 personas de más de 65 años por cada 100 menores de 16. O lo que es lo mismo, es el pueblo más envejecido de la provincia seguido de Villanueva de Jaén, Coripe y El Castillo de las Guardas.

¿A qué se debe ese envejecimiento? Según su alcalde, Antonio López (PSOE), el municipio de 290 habitantes repartidos en cinco núcleos de población o pequeñas aldeas, sufre desde hace años una importante falta de trabajo. Una situación histórica que se vio agravada en los años 70 cuando se trasladaron las fundiciones de Riotinto Huelva y, con ello, las familias se marcharon.

Sin embargo, como algunos de ellos han vuelto al pueblo tras su jubilación, ese fenómeno ha contribuido a esas personas mayores hayan incrementado el censo de jubilados.

Aún así, el primer edil asegura que el fenómeno del envejecimiento está en retroceso. Este año han nacido cuatro niños y ahora hay al menos diez parejas jóvenes asentadas en el pueblo. Una de esas mujeres está embarazada y dará a luz tras el verano. Es tal el acontecimiento cuando nace un bebé, que todos llevan las cuentas: saben que nacerá en septiembre y que será niño.

En cuanto a la población mayor, el de más edad es, según el alcalde, un hombre de 100 años que lleva viviendo toda la vida en El Madroño aunque, como ahora anda «un poco pachucho» está en una residencia fuera del municipio. Pero el alcalde lo sigue contabilizando como habitante del pueblo. Los jóvenes que están «repoblando» el municipio se dedican a la construcción y otros empleados en labores relacionadas con el Infoca.

El Ayuntamiento estudia iniciativas para incentivar la natalidad y, sobre todo, para que los que lleguen se queden. Antonio López piensa en bajar los impuesto pero se topa «con la burocracia» ya que, según explica, el interventor «no le deja hacerlo» si no hay un soporte legal para ello. Y conceder subvenciones no es tan fácil con un presupuesto que oscila entre los 500.000 y los 600.000 euros anuales. Algo a lo que se une que, según el primer edil, no hay casas disponibles para alquilar pese a que hay una demanda turística por ser un municipio tranquilo.

«No tenemos dinero», dice Antonio López. Pese a esa supuesta escasez económica, el pueblo tiene de todo. Hay un colegio para seis niños, con tres aulas y en el que trabajan dos profesoras. Dos están en Infantil y los otros cuatro en Primaria. «Estudian como si fueran clases particulares», dice el alcalde. Lo corrobora María José Martín, agente de dinamización juvenil y madre de una de las pequeñas que acude a clase con otro niño, ambos en segundo curso de Infantil.

El resto, otros pequeños de distintas edades, acuden a la misma clase que imparte la otra maestra. «Llevan un nivel bastante alto. Mi hija en segundo de Infantil ya está leyendo porque es como si fuera a clases particulares», dice Martín admitiendo que el único problema que se encuentran es «la falta de socialización» de los pequeños o que cuando hay excursión «van más padres que niños» y tienen que ir en coche pues, con tan pocos escolares no pueden alquilar un autobús. Martín admite que tiene a su pequeña en una academia de inglés en Riotinto. Después de la jornada escolar también les ofrecen clases de apoyo.

Ese no es el único aliciente de El Madroño que, según su alcalde, es el pueblo «con más infraestructuras de España». Pese a su poca población y a que muchos de ellos son mayores, tienen una piscina municipal «muy tranquila y a la que vienen de otros pueblos a bañarse» y un gimnasio municipal gratis que abre cuatro horas al día. Dispone también de biblioteca municipal y aula con ordenadores del programa Guadalinfo con red wifi, un centro de salud con un médico y un ats de lunes a viernes hasta las tres de la tarde y seis personas que trabajan en dar atención a las personas mayores, psicólogo y educador social.

Además, entre el municipio y las cuatro aldeas (Juan Antón, Juan Gallego, Villar Gordo y El Álamo) también cuentan con un polideportivo y una pista de pádel a punto de terminarse, a lo que se suma el proyecto para licitar un albergue.

Martín, que lleva en el pueblo desde 2010, dice que no echa de menos Huelva (donde vivía antes) y que sólo va a la ciudad, cuando no tiene más remedio: para comprar ropa o cuando debe acudir al médico especialista. Para el resto se las apaña en el pueblo pues tienen de todo. No hay supermercado y la compra la hacen en el pueblo de al lado pero los cuatro bares que hay repartidos por las aldeas hacen las veces de tienda de desavío.

«Todos somos medio familia y nos conocemos. Y cada vez que nace un niño es una fiesta», dice. ¿Por qué no viene más gente al pueblo? Se preguntan. La respuesta, seguramente, también la tenga otra estadística: la del desempleo.

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