«En Madrid los golfistas deben protegerse con gafas de sol»

La doctora Celia Sánchez-Ramos es una institución en el mundo de la óptica. Al margen de sus múltiples premios internacionales (es una inventora con doce patentes) y de ser candidata al premio Príncipe de Asturias 2011, es profesora en la Universidad Complutense, tanto en la Escuela de Óptica como en los cursos de postgrado. Uno de ellos, precisamente, trata de salud visual y deporte, una parcela muy abandonada en España hasta ahora y que quiere dar a conocer.

- ¿Por qué es importante cuidar la visión de los deportistas?

- Hay que tener en cuenta que la entrada de luz en nuestro cuerpo se va acumulando a lo largo de nuestra vida. A través de la córnea y el cristalino llega a la retina y ahí ya son siempre las mismas neuronas las que trabajan; no se regeneran y hay que protegerlas.

En cualquier deporte hay variaciones de luminosidad, pero en concreto en el golf hay muchísima por distintos factores (nubes, sol, latitud, longitud, neblinas...) y eso hace que el ojo se tenga que estar adaptando constantemente. Para hacernos una idea de las diferencias, diremos que podemos ver desde con una unidad de luz hasta con 100.000 unidades. En la zona de Madrid, por ejemplo, en esta época de mucha luz y calor es conveniente que los jugadores se protejan con gafas de sol. Que eviten las horas centrales del día, cuando hay más reflejos.

- ¿En qué aspectos hay que fijarse para tener una buena salud visual?

—Hay que potenciar una serie de elementos fundamentales, como la resolución espacial (agudeza visual) o la sensibilidad al contraste, que nos permite diferenciar el fondo de la figura. En un deporte como el golf, en el que todo está medianamente estático, es muy importante ver los matices de los colores y no sólo el blanco sobre el negro. Cuando, con la edad, aparecen las cataratas se va perdiendo transparencia en la visión y eso se puede solucionar eliminándolas o con lentes intraoculares. En cualquier caso, yo recomiendo revisiones anuales a partir de los 60 años.

- En los últimos años han aparecido los medidores láser en escena ¿Cree que su uso hace más perezosa la vista del golfista?

- Yo no diría tanto. La percepción visual se entrena mucho midiendo las distancias «a ojo», porque luego se fija en la memoria, que es donde está la diferencia entre sensación y percepción. Pero no hacerlo tampoco influye, porque a partir de seis metros el sistema óptico entra en reposo. Es más una cuestión de perder habilidades que de salud.

- ¿Qué importancia tienen las gafas de sol a la hora de jugar al golf?

- Al margen de las gafas graduadas, lentes de contacto o intraoculares que necesite cada persona, son muy importantes las gafas de sol para favorecer la agudeza visual de contraste. Hay que tener en cuenta que al ser una actividad al aire libre las condiciones dispares nos hacen tener menos contraste cada vez. Para mejorar esa percepción del contraste en agudeza visual y de colores hay unas lentes coloreadas (principalmente amarillas) que permiten discernir muy bien los tonos (de la pelota, del «green» o del cielo). Podemos decir que sacan la parte que nos interesa de la información y bloquean la que nos distorsiona. Además, hay que tener en cuenta que el 8% de los varones tienen una anomalía llamada discromatopsia (falso daltónico) que hace que no distinga bien los colores sin saberlo.

- ¿Cualquier gafa de sol es válida?

- En absoluto. Aquí hay que ser muy riguroso y decir que sólo se adquieran en centros sanitarios o especializados. En un estudio que hicimos con las que se venden en los mercadillos descubrimos que el 93% son defectuosas; es decir, que no sólo no protegían sino que eran dañinas.