El hombre con 27 esposas y 145 hijos que está en contra de la legalización de la poligamia

Se llama Winston Blackmore, cuenta con 59 primaveras a sus espaldas y (aquí viene lo asombroso) tiene un total de 27 esposas que han alumbrado 145 hijos suyos.

Este canadiense es, por ello, uno de los mayores polígamos de su país. Sin embargo, y a pesar de que podría formar una liga juvenil con la cantidad de retoños que tiene a su cargo, acaba de afirmar que está absolutamente en contra de la legalización de la poligamia porque puede derivar en la explotación de la mujer.

Lo cierto es que la historia de Blackmore no tiene desperdicio. Este hombre empezó a ser conocido allá por el año 2002. Fue entonces cuando se descubrió que era el obispo de la «Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días», la cual estaba ubicada en una comunidad dentro de Lister (en la Columbia Británica -Canadá-).

¿Por qué salió a la luz su nombre? Porque fue en ese momento cuando uno de sus compañeros le excomulgó y le obligó a abandonar la región. La iglesia quedó entonces dividida, pues fueron muchos los que siguieron a nuestro protagonista.

Bountiful leader Winston Blackmore didn't get 'fair notice' polygamy is illegal, argues lawyerhttp://t.co/GbW20M5xnmpic.twitter.com/y91RwJ1kz5

— (((yarnsalad))) (@yarnsalad) 9 de junio de 2015

A partir de ese momento todo fue un calvario para su más de dos docenas de esposas y su más de un centenar de pequeños (a día de hoy, 27 mujeres y 145 hijos). Y es que, Canadá le acusó oficialmente en 2007 de cargos de poligamia. Aunque finalmente el caso se desestimó, Blackmore siempre recordará con amargura cuando le esposaron frente a sus pequeños.

«Le gané esa primera ronda al fiscal», afirma a día de hoy en declaraciones recogidas por el diario « The Salk Lake Tribune». Desde entonces, este antiguo obispo ha sido perseguido por la justicia de su país, donde la poligamia está prohibida.

Una nueva demanda fue presentada contra él en 2014, aunque no le ha causado ningún problema más allá de verse obligado a testificar en alguna ocasión. De hecho, dice dice vivir tranquilo en la ilegalidad.

Y no solo eso, sino que afirma que está totalmente en contra de que se legalice la poligamia porque, en tal caso, se daría un paso atrás en los derechos de las mujeres, que podrían ser explotadas. Por su parte, este canadiense prefiere afirmar que sus esposas no son más que «amigas» a nivel oficial. Al menos, así lo ha expresado a la audiencia de Salt Lake City.