Douglas Costa, frente a Messi
Douglas Costa, frente a Messi - efe
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La desbandada del Shakhtar Donetsk

El club de Akhmetov vio cómo seis de sus jugadores no volvían a Ucrania el 14 de julio de 2014, por la guerra. Douglas Costa fue uno de ellos

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El 14 de julio de hace un año fue un día muy duro para el presidente del Shakhtar Donetsk, Rinat Akhmetov, que hoy se mide al Real Madrid en la competición que todos buscan para su lucimiento, la Champions League (20.45 horas, Antena 3). En plena guerra civil, con la ciudad inmersa en los bombardeos de las facciones apoyadas por Rusia, sus seis mejores jugadores del equipo aprovecharon un partido amistoso frente al Olympique de Lyon para quedarse en Francia. Decidieron que no volverían a Ucrania, dada la situación. Eran nada menos que Douglas Costa (que tiene a Cristiano como ejemplo de profesional), Aleix Teixeira, Facundo Ferreyra, Fred, Dentinho y Ismaily.

«Pagarán las consecuencias», afirmó entonces Akhmetov, presidente de un equipo que es rico para lo que supone el fútbol de Europa Oriental.

Hace unos años manifestó que su sueño sería traerse a Cristiano. En su plantilla actual hay quince brasileños. El dirigente no sabía en julio de 2014 donde se escondieron sus futbolistas. «Tienen unas obligaciones contractuales y deben volver, porque la seguridad estará garantizada». Lucescu, el entrenador subrayó aquel 14 de julio que los futbolistas fueron convencidos para no subir al avión de vuelta a Ucrania. «Se podría considerar un secuestro», adujo, siempre excesivo el rumano, amante de la vida brasileña. El problema del Shakthar era, es, que los bombardeos no daban ninguna seguridad. Y el derribo del vuelo 17 de Malaysia Airlines fue el punto de inflexión para la huida de los cinco jugadores.

El equipo disputaba sus partidos como local en el Donbass Arena, inaugurado en 2009 y con capacidad para 51.000 espectadores, pero para disputar la Champions tuvo que abandonar su sede, ubicada en el corazón del conflicto del este de Ucrania.

Donetsk es la mayor ciudad en poder de los separatistas prorrusos y escenario de combates con las fuerzas ucranianas hasta el mes de abril de 2015. A pesar de la situación, el equipo se clasificó para los octavos de final de la Champions. El club tiene que jugar sus partidos como anfitrión en la ciudad occidental de Lviv, a casi 1.000 kilómetros del Donbass Arena. Su sede administrativa y su centro de entrenamiento fueron reubicados en la capital ucraniana, Kiev.

Por fin los futbolistas regresaron al equipo, pues las amenazas por demandas judiciales del club les costarían su carrera y probablemente mucho dinero. Pero Douglas Costa ya no está. Fue fichado por el Bayern, que abonó 30 millones. Y es la figura del cuadro de Guardiola. La desbandada le salió bien. Un problema, la seguridad, que el equipo ucraniano continúa sufriendo. Jugar ante el Real Madrid en la Champions es, para ellos, una alegría, no una presión.

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