Llegada del furgón que conducía al acusado a los juzgados
Llegada del furgón que conducía al acusado a los juzgados - Juan José Úbeda
CRIMEN DE CORIA

El forense certifica que la víctima no pudo defenderse del brutal ataque con el palo

María del Carmen Mejías no presentaba lesiones de haberse enfrentado al acusado porque no fue atacada de frente

Sevilla Actualizado: Guardar
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María del Carmen encontró la muerte en un zona apartada de Coria, alejada de la vistas de curiosos y a manos presuntamente de su vecino, de quien se sospecha que mantenía algún tipo de relación sentimental. A este relato se añade la información aportada por el forense en la tercera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Sevilla por el crimen de esta vecina de Guillena ocurrido el año pasado.

Este testigo ratificó lo dicho por el jefe de la investigación policial un día antes: que la víctima no pudo repeler el ataque mortal. Una prueba de ello es que no presentaba lesiones de defensa. María del Carmen fue golpeada en la cabeza con un palo cuando se encontraba de espaldas o de lado.

En el banquillo de los acusados se sienta Moisés R. R., de 45 años, quien residía en la planta baja del edificio donde vivía la fallecida. La Policía lo detuvo después de que confesara y tras aportar hasta tres versiones distintas. Según declaró el jefe del grupo de homicidios acabó derrumbándose cuando lo llevaron al escenario del crimen y después de que los investigadores desmontaran su coartada.

Aunque el inspector de Policía afirmó el miércoles que la víctima había fallecido tras recibir dos golpes en la cabeza, el forense aclaró que el cadáver presentaba tres contusiones, si bien una no era perceptible a primera vista.

Este testimonio consolida la tesis policial de que la mujer acudió confiada al apartadero, donde suelen ir parejas a mantener relaciones, y allí fue atacada por el acusado. Éste aseguró a la Policía que le golpeó al estallar una discusión. Según esa versión, le estaba acosando para que mantuvieran una relación estable.

En el juicio, los miembros del jurado popular no han tenido la oportunidad de escuchar al acusado defenderse porque se ha acogido a su derecho a guardar silencio. Ni siquiera quiso responder a las preguntas de su letrado, que es una estrategia habitual.

En la sesión de este jueves también declararon los funcionarios policiales que se encargaron de la inspección ocular del lugar donde se encontró el cuerpo de María del Carmen y del coche del sospechoso. Les llamó la atención que el interior del vehículo estuviera limpio y que la alfombrilla del conductor fuera nueva.

En el descampado donde unos cazadores hallaron el cadáver, a escasos metros, estaba el arma del crimen (con manchas de sangre y restos de cabellos) y unas gafas de sol que portaba el día de su muerte la víctima.

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