Saltar Intro

'Willow', sobredosis de nostalgia

No hay humor que salve a la serie de Disney+ del vacío, desorientada en un universo ficticio que satura nada más arrancar y al que la añoranza no es capaz de redimir de su propia mediocridad

Warwick Davis regresa como 'Willow' en una serie Disney+
Lucía M. Cabanelas

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Hay tantas definiciones para la palabra droga como tipos de viajes tienen quienes usan o abusan de estas sustancias. Droga puede ser, por ejemplo, una actividad o afición obsesiva, pero también un embuste, ardid o engaño, según la séptima acepción del diccionario de la RAE. Quizás de tanto ser una, la nostalgia, la droga legal que más dinero mueve en el mundo actual, haya terminado siendo eso, un engaño. Un mal viaje.

Empeñados en exprimir hasta la última gota de oro del pasado, la ficción ha terminado escarbando hasta en sus cloacas, sacando pecho de un producto carente de calidad, como si traerlo al presente fuera suficiente para mutarlo en algo que mereciera la pena. Así ocurre con el caso de 'Willow' , al que el efecto de la nostalgia no le basta para salvarse del despropósito que era la película en 1988 y que sigue siendo en 2022, para empezar porque casi nadie se acordaba de que existía hasta que han decidido rescatarla. La serie de Disney+ se empecina en aludir a una magia que, como en Elora Danan, no sale natural, sino a fuerza (mucha) de artificios y de márketing.

Los ochenta murieron por falta de tiempo, como todas las décadas, y ahora resucitan por exceso en una sobredosis litúrgica que recupera las historias y elementos narrativos que caducaron hace años. El regreso de Warwick Davis no sirve para levantar el proyecto, principalmente porque no aparece hasta los tres cuartos de hora del primer capítulo, enterrado por la ingente cantidad de (des)información y del nuevo, e insípido, elenco, rejuvenecido pero viejo. Le pesa a 'Willow' la falta de carisma, desaparecida en la serie junto a Val Kilmer , tanto como la filosofía Disney , que incluye con calzador a personajes multirraciales, multisexuales y multiaburridos para cumplir con la cuota. Son, como la trama, densos y lentos, el colmo de una aventura que, lejos de enviar la imaginación al mundo de la magia y de los brujos, solo alcanza a mandar al espectador al pasaje del terror de una feria de pueblo, con estética fantasiosa y más hortera que los decorados ochenteros.

Ficha completa

El producto original era una aventura facilona, infantil, que usaba los toques de humor para tapar sus muchos agujeros de guion, mientras que la serie de ocho capítulos pretende dar el salto al público adolescente, pero se queda reducido a una versión disparatada de 'El Hobbit', donde la aventura parece caminar en círculos. No hay humor ya que salve a 'Willow' del vacío, desorientada en un universo ficticio que satura nada más arrancar. La serie falla por empacho de una nostalgia impostada y también de información y 'flashbacks', tan deudora de la original que resulta incomprensible e incoherente como producto desligado.

Con el paso de los años, George Lucas ha vendido su imaginación al diablo, prostituyendo todos sus productos hasta agotarlos. Pasó con ‘Star Wars’, luego con ‘Indiana Jones’ y ahora con ‘Willow’. Suerte que 'American Grafitti' ni tiene tan fácil el 'merchandising' ni la recuerdan tantos, aunque, a la vista está, que sea anodino no significa que no haya riesgo de regreso. Y de los regresos al pasado, por sobredosis, empieza a estar uno harto.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación