James Dean

La muerte no es el The End para los actores más rentables de Hollywood

Quieren «resucitar» a James Dean para hacer una nueva película, y no es un caso único

El CGI se ha usado ya en cintas como «Fast & Furious» o «Star Wars» para culminar el trabajo de actores fallecidos, haciendo de la nostalgia y la emotividad un arma de márketing

En 2020 James Dean aparecerá en una película titulada «Finding Jack». Los técnicos usarán material de archivo para incorporar el cuerpo de Dean sobre el de un doble que realmente estará en el set
Fernando Muñoz

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«En el cine todo es mentira, es un truco», escribía Víctor Erice en el guion de « El espíritu de la colmena ». Y eso que era 1973, cuando los efectos especiales no eran más que maquetas y trucos de cámara. Porque ahora en el cine ya no queda de verdad ni lo único insustituible, los actores, ni lo único inevitable, la muerte.

Las niñas protagonistas de la cinta de Erice, cuando recitan esa frase, están hablando sobre la vida y la muerte, y descubren en su candidez que, aunque el protagonista de una película fallezca en pantalla, en la vida real el actor sigue vivo. Algo evidente, o no tanto. Porque el futuro ha dado la vuelta a cualquier lógica. El actor puede estar muerto y todavía seguir dando vida a personajes de ficción. Es el caso de James Dean , el rebelde sin causa que falleció allá por 1955 y que en 2020, si nadie lo remedia, «participará» en una película sobre la Guerra de Vietnam titulada « Finding Jack ».

Gracias a la tecnología CGI -Imagen generada por computadora, en sus siglas en inglés- y a una buena maraña legal de derechos de explotación de imagen, la muerte dejará de ser el final para las estrellas de Hollywood (y una fuente de negocio para sus herederos).

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James Dean (I)

James Dean (I)

« Esto abre la puerta a nuevas oportunidades para muchos de nuestros clientes que hace tiempo que ya no están con nosotros », explicó Mark Roesler, el CEO de la compañía CMG Worldwide, en la revista especializada «The Hollywood Reporter». Esos «clientes» desaparecidos tienen nombres tan populares como Burt Reynolds, Christopher Reeve, Ingrid Bergman, Neil Armstrong, Bette Davis o Jack Lemmon... y así hasta 1700 estrellas del cine, la música y el deporte que fallecieron y cuyos derechos manejan desde CMG Worldwide. Con esos clientes en cartera, y con la tecnología de una empresa sudafricana de efectos especiales, James Dean volverá a la gran pantalla 65 años después de su muerte. La técnica es sencilla: filmarán a un actor que imite la forma de andar de Dean y después, por ordenador, le «taparán» con el rostro del protagonista de « Al Este del Edén » gracias a material de archivo y fotografías que todavía se conservan. Después, otro intérprete «doblará» la voz. Salvo que los herederos lo impidan, y no parece sencillo porque parte de la familia se mostró partidaria del proyecto, James Dean estrenará película en 2020.

Vida, muerte... y bótox

Además de resucitar estrellas, el CGI se ha convertido en el bótox de Hollywood. Una especie de «Photoshop» en vídeo que puede hacer que las arrugas desaparezcan para siempre de los actores y actrices. Así, Robert de Niro , a sus 76 años, ha sido capaz de dar vida al protagonista de « El irlandés » durante tres etapas de su juventud sin tener que soportar largas sesiones de maquillaje. Cualquiera que haya visto la última película de Martin Scorsese, o que se fije con detalle en las fotografías que ilustran esta página, habrá notado cómo una especie de máscara digital cubre el rostro de Robert de Niro. «Puedes cambiar la piel, pero no puedes cambiar cómo caminan, los gestos», cuenta a ABC Debbie McWilliams , directora de cásting de más de una docena de películas de James Bond. « En la película de Martin Scorsese, los actores tenían la voz y se movían como personas mayores . No me gustó ver esas caras, esas miradas… Yo pensaba, ¿pero qué han hecho? Esto es muy raro. No le veo sentido. Espero que no cambie nada para nada nuestra profesión, porque yo detesto todo eso del CGI», sentencia la presidenta de la asociación internacional de directores de cásting.

Robert De Niro, rejuvenecido en El irlandés mediante CGI

El negocio de la nostalgia

En « Regreso al futuro 2 », Marty McFly viajaba al año 2015 y descubría entre el horror y el asombro que en la cartelera de un centro comercial echaban « Tiburón 19 ». El director Robert Zemeckis ya mostraba en el año 1989 que la falta de originalidad de Hollywood era un cáncer que había calado hasta los huesos.

Hoy, el futuro ha adelantado por la derecha al imaginado por Zemeckis, y a la enfermedad de las secuelas, precuelas y remakes se le suma la de la nostalgia y un falso sentimiento de emoción. Dos ejemplos perfectos: en «Fast & Furious», una franquicia inagotable que tiene previsto llegar a la décima entrega en 2021, el protagonista, Paul Walker, murió antes de terminar de rodar la séptima entrega. La preocupación de los productores se resolvió pronto: con CGI completaron las escenas que faltaban, con un cambio de guion metieron unas secuencias lacrimógenas para despedir al actor en pantalla, y mientras los fans de la saga lloraban en las butacas, los productores vieron cómo la recaudación duplicaba a la de la sexta entrega y se convertía en el episodio más rentable de la saga.

Porque la muerte vende. Así, en «Star Wars», el repentino fallecimiento de Carrie Fisher sirvió para llenar el capítulo VIII de emotivos guiños. Ya en el primer tráiler del episodio IX, lo primero que se vio fue un abrazo ente Rey y la princesa Leia. Aquí, al menos, no usaron CGI por orden directa del director, J. J. Abrams, que prefirió usar material descartado de la actriz. Algo similar a lo que sucedió con Peter Cushing en «Rogue One: Una historia de Star Wars» o con Philip Seymour Hoffman, que murió durante el rodaje de la cuarta película de «Los juegos del hambre».

Borrando bigotes

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Carrie Fisher

Carrie Fisher

Además de «resucitar» a los muertos, la «magia negra» del CGI se ha usado para cosas bastante más banales. Una de las más llamativas sucedió con Henry Cavill en «Liga de la justicia», donde interpreta a Supermán. El actor lució durante el rodaje un frondoso bigote que se debía dejar para su siguiente película, así que Warner se gastó varios millones de euros (hasta 21, dicen algunas informaciones) para borrar digitalmente un bigote que no combinaba con la capa roja.

También curioso ha sido el uso del CGI en «Géminis», donde Will Smith se enfrenta a un clon digital suyo creado por este método. O en la nueva versión de «El rey león», donde toda la película se ha hecho con esta técnica hiperrealista que hace que la cinta de Disney se parezca más a un documental del National Geographic que a la clásica película de animación.

Pero nada de eso importa frente a la posibilidad de que, en pocos años, se naturalice ver actores del Hollywood clásico de nuevo estrenando películas... ¿Habrá que inventar un Oscar al mejor actor digitalizado?

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