Crítica de 'Memorias de París': Mismo año, misma noche, otra víctima
El foco de la historia no está puesto ni en lo policíaco, ni en lo ideológico, ni siquiera en algún tipo reconocible de suspense: solo mira a la víctima
Hace solo unas semanas del estreno de ‘Un año, una noche’, la película de Isaki Lacuesta que husmea entre los restos de dolor, memoria y trastorno en unos supervivientes del atentado terrorista de Bataclan , y se estrena ahora esta reflexión y mirada de Alice Winocour a los pedazos rotos de una mujer que sobrevivió a un atentado en una cafetería de París, calco de lo de Bataclan e interés calcado, o compartido, con Lacuesta.
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El foco de la historia no está puesto ni en lo policíaco, ni en lo ideológico, ni siquiera en algún tipo reconocible de suspense: solo mira a la víctima, una mujer incapaz de recomponerse, que chapotea entre retales de memoria, que pierde contacto con su realidad, su mundo, su matrimonio y que solo necesita testigos, gente, víctimas, que rellenen los agujeros físicos y psicológicos que le ha ocasionado el trauma.
Ficha completa
No alcanza la anchura de ‘Un año, una noche’, pues ata con hilo más grueso el recorrido de la protagonista hacia la reconstrucción, comprensión y asunción, pero sí cuenta con esa magnífica actriz que es Virginie Efira y con un personaje que concentra y distorsiona que interpreta Benoît Magimel y que funciona como alivio (inspección) del pasado y como desintoxicante, tal vez, del presente.