el juicio continuará mañana

'Txapote' y Gallastegi desafían al tribunal que les juzga por el asesinato de Caso

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El ex dirigente etarra Francisco Javier García Gaztelu, "Txapote", y su compañera Irantzu Gallastegi desafiaron al tribunal que ha comenzado a juzgarles hoy por el asesinato del edil del PP José Luis Caso, negándose a ponerse en pie y sentándose dándole la espalda, para después mantener una actitud de indiferencia.

Gallastegi y García Gaztelu, quien el próximo día 19 serán juzgados en la Audiencia Nacional por el asesinato y secuestro del edil del PP en Ermua Miguel Ángel Blanco, presuntamente integraban el "comando Donosti" de ETA cuando José Luis Caso, concejal en el Ayuntamiento de Rentería, fue asesinado de un tiro en la cabeza en un bar de Irún, el 11 de diciembre de 1997.

Al inicio del juicio por el asesinato de Caso, que empezó a celebrarse con dos horas de retraso al no haber sido citado con tiempo el intérprete de euskera, el presidente del tribunal, Alfonso Guevara, pidió a Gallastegi que se pusiera en pie para escuchar la acusación formulada contra ella, a lo que ésta se negó. Ante la negativa de la acusada, Guevara solicitó a "la fuerza pública" que entrara en la sala blindada en la que comparecen los acusados de terrorismo y la levantaran, "independientemente de su derecho a no declarar". Dos agentes de la Policía la sujetaron entonces cada uno por un brazo y la pusieron en pie.

Acto seguido, Guevara, pidió lo mismo a "Txapote" -a quien se juzga por primera vez en España desde que fuera entregado de forma temporal por Francia el pasado 15 de diciembre-, y éste también se opuso, por lo que otros dos policías le tuvieron que levantar por los brazos a la vez que el etarra les insultaba. Los cuatro agentes se quedaron custodiándoles y los dos terroristas, tras ser invitados a sentarse después de que se les informara de la acusación contra ellos, prosiguieron con su actitud desafiante y decidieron permanecer en pie en el otro extremo de la sala mientras el teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Jesús Santos, procedió a interrogarles sin recibir respuesta.

En ese momento, los dos, que están siendo juzgados juntos por primera vez en España y que se enfrentan a una petición del fiscal de 30 años de cárcel, comenzaron a conversar ininterrumpidamente y a partir de entonces mantuvieron una actitud de indiferencia respecto a lo que estaba ocurriendo a su alrededor. En un principio estuvieron hablando de pie, pero cuando el tribunal ordenó que se bajaran la cortinillas con la que se protege a los testigos de ser vistos por el público, los dos se sentaron de espaldas al tribunal y así permanecieron durante prácticamente todo el juicio.

Comparecencia de dos etarras como testigos

Durante la sesión de hoy comparecieron como testigos otros dos etarras: Sebastián Lasa y la ex integrante del "comando Madrid" Ana Belén Egües, quien en un juicio celebrado poco después de que ETA decretara el "alto el fuego permanente" invitó al tribunal a que "en este momento crucial del País Vasco se inmiscuyan". Los dos etarras fueron efusivamente saludados por los dos acusados, pero cuando se les preguntó si se conocían de algo, Egües dijo que de la cárcel y Lasa que "de nada".

El fiscal preguntó entonces a Lasa, quien identificó en su día a ambos como integrantes del "comando Donosti", que a qué se debía el saludo tan efusivo que se habían hecho y éste contestó en euskera que "los luchadores somos todos hermanos y los hermanos todos se saludan". Egües, quien en las fechas en las que se produjo el atentado era concejal de HB, fue la persona que alquiló el piso-franco que los miembros del "comando Donosti" dejaron abandonado en Andoain (Guipúzcoa) en 1999 y donde fue encontrado el revólver empleado en este asesinato.

La etarra aseguró que conocía a los dos acusados de la prisión y no de antes, aunque admitió que alquiló el piso para "hacer un favor" a uno de los miembros del "comando Donosti" ya fallecido, José Luis Geresta, "Oker".

El juicio continuará mañana y previsiblemente quedará visto para sentencia.