PREPARADOS. Federico López y Gonzalo Torres, junto al coche con el que compiten.
MOTOR

Una inyección de adrenalina

Federico López Jiménez experimenta esta temporada las sensaciones de competir en algunos rallies de la provincia

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Participar en un rally no está al alcance de cualquiera. Hace falta un soporte económico importante, una preparación física adecuada, una agilidad mental notable y una habilidad al volante contrastada. Federico López Jiménez es uno de los muchos aficionados a esta modalidad deportiva que se prepara año tras año para participar en las diferentes pruebas que se organizan por la geografía gaditana. Aficionado al motor desde pequeñito, fue hace aproximadamente ocho años cuando comenzó a imbuirse en un mundo «que termina enganchando». Su última experiencia, el rally Ruta del Aceite, entre Setenil y Olvera, donde siguió experimentando la inyección de adrenalina que supone ponerse al volante de estos coches.

«Me compré un cochecito y empecé con las subidas, los eslalom; luego me saqué la licencia, me dediqué a preparar más concienzudamente el coche así hasta llegar a competir en rallies», recuerda López Jiménez, al que le apasiona centrar buena parte de su tiempo libre en tener todo a punto para su particular calendario automovilístico. «Si por mí hubiera sido, mis inicios se habrían producido mucho antes, pero ni por edad ni por situación económica me lo podía permitir», subraya. Y es que para dedicarte a los rallies hace falta tener el bolsillo bien cubierto, ya sea por cuenta propia o mediante patrocinadores. «Es un deporte caro; sólo en los neumáticos se te van 300 euros, y luego están las revisiones periódicas, las pastillas de frenos ». El piloto gaditano cuenta en este sentido con el apoyo del Restaurante Gotinga y de Auto recambios Brunete.

Todo preparado

Todo, absolutamente todo, está preparado con sumo celo antes de cada prueba. La semana previa a las jornadas cronometradas, los organizadores permiten a los participantes circular por los diferentes tramos por los que discurrirá el evento. El día de la carrera se corta el tráfico y se toman las medidas de seguridad oportunas para que se produzcan incidentes. Sin embargo, éste es uno de los aspectos más negativos por los que suelen salir a la palestra informativa. «Peligroso es», reconoce López Jiménez, «pero, sobre todo, por el público», matiza. «Muchos se ubican mal y para los organizadores es difícil estar atentos a todos; la gente va a echar el rato y no es consciente de que el coche se puede salir de la pista», termina advirtiendo.