Los montenegrinos salieron a la calle para celebrar su independencia de Serbia. / AGENCIAS
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Los independentistas de Montenegro dan por hecha su victoria y lo celebran en la calle

La participación de los ciudadanos en el referéndum, cercana al 90%, superó el umbral exigido por la Unión Europea Los partidarios de la unión con Serbia aguardan a los datos oficiales

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La población de Montenegro se volcó ayer masivamente en las urnas para participar en un histórico referéndum cuyo resultado, de acuerdo a las primeras prospecciones no oficiales, volverá a cambiar las fronteras en los Balcanes, la región más inestable de Europa, después de que los montenegrinos se pronunciaran a favor de la independencia del país. El triunfo de los partidarios de la secesión pone fin al último vestigio de la antigua Yugoslavia, cuya lenta y sangrienta agonía se inició en 1991, cuando otras dos repúblicas, Croacia y Eslovenia, declararon su independencia.

Casi tres horas después del cierre de los colegios electorales, dos organizaciones independientes, el Centro para las Elecciones libres y la Democracia (CeSID) y el Centro de Control de escrutinios (CEMI) señalaron, durante una rueda de prensa, que un 55,9 % de los electores se habían pronunciado a favor de la separación de Serbia. Poco minutos después, miles de personas celebraban su triunfo en las calles de Podgorica con el lanzamiento de fuegos artificiales y disparos al aire.

Pero el líder del bloque montenegrino para la unión con Serbia y presidente del Partido Socialista Popular, Pedrag Bulatovic, se negó a reconocer su derrota y dijo que una «estimación arbitraria de dos grupos de observación», no podía desestabilizar a Montenegro. «Los resultados no son finales hasta que sean confirmados por la comisión estatal para el referéndum», dijo.

Lo que sí es oficial es la alta participación electoral, que llegó al 87%. Poco después del mediodía, la participación ciudadana ya había superado largamente el umbral del 50% exigido por la Unión Europea y, a pesar de la pesada carga política del referéndum, no se produjeron incidentes graves a lo largo del crucial proceso electoral, al que fueron llamados unos 484.000 ciudadanos con derecho a voto.

Por el contrario. El ambiente que vivió ayer la pequeña república balcánica fue de fiesta y muchos electores acudieron a las urnas vestidos con trajes típicos y alegres de poder rellenar las papeletas de color rosa que contenían una sola pregunta: '¿Desea usted que Montenegro sea un estado independiente con una total legitimidad internacional?'.

Para alcanzar la meta soñada por el actual primer ministro del país, Milo Djukanovic, el voto a favor de la independencia debe superar el 55%del sufragio, una exigencia que causó malestar y desconfianza en las filas de los partidarios de la separación de Serbia, que temían que el resultado lleve al país a una peligrosa 'zona gris', es decir, una aprobación de la independencia superior al 50% pero inferior al 55 %.

«El acuerdo significa que si el 54,5% de los electores de Montenegro desea la independencia, tendremos que seguir unidos a Serbia y una minoría ganará a la mayoría», dijo Djukanovic cuando decidió someterse a la presión de Bruselas para poder convocar el referéndum.

El futuro

Pero ayer, el primer ministro se mostró confiado de poder evitar ese escenario y, poco después de depositar su voto en un colegio electoral en Podgorica, afirmó que ya había dejado de pensar en esa posibilidad. «El resultado a favor de la independencia será muy superior y de esta forma nos ahorraremos a nosotros y a la Unión Europea, largas y aburridas discusiones sobre el futuro de Montenegro», subrayó el político de 44 años.

¿Será posible? La Unión Europea intentó durante tres años abortar el creciente movimiento separatista ante el temor de que nuevas fronteras podrían poner en peligro la frágil y delicada estabilidad de los Balcanes y provocar un nuevo despertar del nacionalismo serbio.