RECLUIDO. Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo. / EFE
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El Vaticano castiga al fundador de los Legionarios de Cristo por abusos sexuales

Aparta de la vida pública a Marcial Maciel, de 86 años, acusado por miembros de la orden desde 1998

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El Papa ha resuelto de forma expeditiva el polémico caso del padre Marcial Maciel, el sacerdote mexicano de 86 años fundador de los Legionarios de Cristo -grupo ultraconservador nacido en 1941- y acusado de abusos sexuales por ex-miembros de la congregación desde hace ocho años. Con un nuevo estilo que supone una ruptura respecto a Juan Pablo II, el Vaticano ha anunciado en una nota que no procesará a Maciel por su avanzada edad, pero le invita «a una vida reservada de oración y penitencia, renunciando a cualquier ministerio público». Es decir, se debe recluir y no podrá dar misa, clases, conferencias o entrevistas.

«El Santo Padre ha aprobado estas decisiones», concluye el comunicado para dejar claro que el Papa en persona está detrás de la orden. Es un texto demoledor si se lee entre líneas, para lo que es la retórica vaticana, que termina reconociendo la labor de los Legionarios de Cristo «independientemente de la persona del fundador». Los Legionarios, que siempre han rechazado las acusaciones, aceptaron ayer la decisión «con profundo espíritu de obediencia» y aseguraron que Maciel la ha recibido «con completa serenidad y tranquilidad de conciencia, sabiendo que ésta es una nueva cruz que Dios le ha dado». El fundador ha reiterado su inocencia «y siguiendo el ejemplo de Jesucristo, ha decidido no defenderse», explica la organización.

La decisión de la Santa Sede es tardía y de poco efecto práctico, pues Maciel está muy mayor, su actividad pública es escasa y hace un año que fue relevado como superior de los Legionarios. Sin embargo, tiene un gran impacto simbólico y es un cambio notable si se piensa que Wojtyla dejó dormir el asunto durante años. Es más, abrazó públicamente a Maciel en una audiencia a los Legionarios para celebrar el 50 aniversario de la ordenación del fundador, en noviembre de 2004. Maciel tiene grandes amigos en el Vaticano y su congregación se ha expandido a 18 países.

Nueva disciplina

Juan Pablo II potenció y protegió durante su mandato a los nuevos grupos eclesiales, de talante integrista, surgidos en el siglo XX, como los Legionarios de Cristo y los españoles Opus Dei y Camino Neocatecumenal. No obstante, Benedicto XVI no se casa con nadie y se ha distinguido por un deseo de poner orden en la Iglesia. De hecho, recién nombrado Papa ya amonestó a los Neocatecumenales por sus excesos creativos en la misa.

En su famoso sermón del Via Crucis, días antes de la muerte de Wojtyla, Ratzinger tronó contra «la suciedad que invade la Iglesia» y advirtió de la necesidad de una limpieza. Sabía de lo que hablaba, porque como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe fue quien desempolvó en 2004 el expediente de Maciel, que se daba por olvidado y los propios Legionarios declaraban cerrado para quitarle hierro al asunto.