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Aumentan en la provincia las consultas al psicólogo por falta de deseo sexual

El 90% de las personas que la padecen son mujeres con esquemas mentales reprimidos La disfunción eréctil es un trastorno frecuente en hombres que se sienten devaluados

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Las disfunciones sexuales son trastornos que tienen su origen en causas orgánicas (físicas) o psicológicas y afectan tanto a hombres como a mujeres. Cada vez más personas acuden al sexólogo para resolver unos problemas que hasta hace pocos años se abordaban en la intimidad de la pareja, o simplemente se mantenían ocultos. Cuando llegan a la consulta, la mayoría lo hace con una mezcla de esperanza y escepticismo, normalmente después de múltiples intentos de solucionar el problema por su cuenta.

La falta de deseo sexual, que se conoce también como deseo inhibido, motiva un buen porcentaje de las visitas al especialista. Según explica la sexóloga y psicóloga gaditana Ana Ariza, cada vez es más frecuente que acudan a su centro personas que jamás han experimentado deseo o que han dejado de sentirlo durante un periodo prolongado de tiempo.

Ideas irracionales

En estos casos, lo primero que hay que hacer es descartar que exista un problema médico de fondo (como una enfermedad crónica o un desequilibrio hormonal). Cuando se trata de una persona sana lo más habitual es que la falta de deseo esté motivada por causas emocionales (depresión, ansiedad o diferencias conyugales) o de tipo educacional. Suelen existir ideas irracionales sobre la sexualidad que predisponen de forma negativa al individuo, o simplemente un problema de inhibición aprendida.

Según la sexóloga, en el 90% de los casos son mujeres quienes padecen este trastorno, que en los hombres está provocado generalmente por la habituación derivada de una relación de pareja demasiado rutinaria. De todas formas, el trastorno masculino más frecuente sigue siendo la disfunción eréctil, es decir, la dificultad para alcanzar o mantener una erección durante el tiempo suficiente para lograr la penetración. Según la experiencia de Ana Ariza, los hombres que la padecen recurren primero al urólogo para descartar causas orgánicas, y cuando llegan a su centro psicológico de San Fernando lo hacen casi siempre derivados por el médico.

Escasa autoestima

En la mayoría de los casos, el hombre que sufre esta disfunción ve todo su valor como hombre reflejado en el hecho de conseguir o no la erección. La clave en su tratamiento será crear las condiciones necesarias para que se sienta lo más relajado posible, mediante un método de autoafirmación que persigue llegar al objetivo último de la penetración.

La edad de los pacientes que llegan al centro de psicología Azira va de los 25 a los 50 años. Y aunque muchos trastornos es mejor tratarlos en pareja hay otros que pueden curarse sólo con la implicación del afectado. Es el caso de la anorgasmia femenina, que suele abordarse mediante ejercicios de autoexploración y autoplacer que ayudan a la mujer a conocer su cuerpo y disfrutar de su sensibilidad.

El primer paso en la atención de los pacientes es la historia clínica, que debe ser lo más exhaustiva posible para evitar que se pierdan datos. En ocasiones, la historia revela cuál es la raíz del problema y ayuda a enfocar el tratamiento.

En el centro Azira trabajan 14 profesionales, entre psicólogos, médicos y psicoanalistas, que abordan, además de las disfunciones sexuales, cuestiones relativas a la pareja, la nutrición, la psicología infantil, la medicina general o la psicología forense. Los trastornos sexuales ocupan el 30% de sus consultas.