La FEF comunica a la Liga que los árbitros irán a la huelga si no cobran antes del 1 de abril

Los árbitros de Primera y Segunda división mantienen su decisión de no pitar el próximo fin de semana si antes del 1 de abril no han percibido el dinero que se les adeuda desde hace dos meses. Así se lo comunicó ayer el secretario general de la Federación Española de Fútbol (FEF), Jorge Pérez, a la Liga Profesional (LFP), mediante una carta remitida con copia a Victoriano Sánchez Arminio, presidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA).

«Si no cobran, no arbitran. Lo han decidido por unanimidad y por ellos mismos, al margen del Comité Técnico», aseguraron fuentes de la Federación, organismo convencido de la firmeza de los colegiados, que tampoco han recibido los derechos de publicidad de la última mitad de la temporada pasada, que ascienden a unos 290.000 euros sólo en Primera.

La FEF sostiene que la Liga ha transferido 1,1 millón de euros para pagar los emolumentos arbitrales, pero matiza que ha descontado una cantidad que considera una deuda federativa por la final de la Copa del Rey de la campaña 2002-2003, jugada en Elche entre el Recreativo y el Mallorca, y por la que ambas parten todavía siguen en litigio.

Se sienten víctimas

Por su lado, la patronal asegura que ha satisfecho en efectivo las cantidades de septiembre y octubre y que el dinero correspondiente a los meses de noviembre, diciembre y enero se abonaron mediante una partida de 3,5 millones de euros que la UEFA trasladó a la FEF, derivada de los ingresos de la Liga de Campeones, donde quedó un margen favorable de 600.000 euros. La LFP añade que el pasado 17 de marzo ingresó 1,1 millones de euros que, junto a los 600.000 antes reseñados, completarían el total acordado para el salario de los árbitros.

Los jueces de la contienda se consideran víctimas de la vieja 'guerra' de competencias que desde hace tiempo mantienen Liga y FEF. El pasado 3 de marzo reanudaron el diálogo, interrumpido desde agosto de 2005, para tratar de elaborar un nuevo convenio que ansían terminar al final de la presente campaña, tras dos temporadas sin acuerdo.

Curiosamente, ese 3 de marzo, después de tres horas de tensa reunión, ambas partes salieron a la palestra para afirmar, sin ambages, que habían desbloqueado situaciones pendientes como las prestaciones a los árbitros. La Liga aceptó en agosto un incremento salarial del 20% para los trencillas, al margen de las dietas, lo que suponía un 5% menos de lo que en un principio planteó la Federación.