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El ministro de Petróleo iraquí sale ileso de un atentado en una refinería

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Un disparo de mortero alcanzó ayer una instalación del Gobierno iraquí en la ciudad de Beiji, en el norte, cuando el viceprimer ministro y ministro de Petróleo, Ahmed Chalabi, la visitaba. El político resultó ileso y regresó a Bagdad después. Chalabi, un chií secular que gozó del apoyo estadounidense cuando estuvo en el exilio, había viajado hasta la refinería de Beiji, una de las mayo- res del país y situada a unos 250 kilómetros al norte de la capital.

Chalabi ya ha sido objeto de al menos dos intentos de asesinato: uno en el año 2004 y el último el pasado 31 de julio. En aquella ocasión, un convoy en el que viajaban varios miembros del Congreso Nacional Iraquí sufrió una emboscada en el sur de Bagdad. Una persona murió y otras tres resultaron heridas, pero Chalabi no se encontraba en la comitiva.

Mientras, al menos dieciocho personas murieron en una serie de ataques y enfrentamientos registrados ayer en distintas áreas. El primer suceso ocurrió por la mañana en Madaen, al sur de Bagdad, donde un grupo de insurgentes atacó con lanzagranadas el Ayuntamiento y mató a cuatro agentes policiales.

Por otra parte, tropas estadounidenses y iraquíes inspeccionaron varias viviendas de Iskandariya, Samara y Latifiya. En esta última, un presunto rebelde murió en un enfrentamiento. Además, cerca de cincuenta supuestos rebeldes fueron detenidos en estas tres localidades del 'triángulo de la muerte'.

Operación

La operación militar tuvo como objetivo proteger a miles de chiíes que pasan por esas áreas en su camino de regreso a sus respectivas ciudades tras haber participado esta semana en una festividad religiosa en Kerbala.

Pese a todo, al menos dos peregrinos murieron en ataques separados de grupos armados. En la operación policial posterior, dos agentes del cuerpo de élite fallecieron cuando su vehículo resultó alcanzado por un mortero. Además, otros dos fieles perdieron la vida en el barrio Al-Azania, ubicado en Bagdad, víctimas de disparos mientras se dirigían a un santuario chií.

Asimismo, en Baquba, tres camioneros perecieron en un ataque en una carretera. En la provincia de Salahedin, al norte de la capital, un niño murió al impactar un proyectil en la vivienda en la que se encontraba, al igual que un conductor y un civil en otro incidente similar. Dos semanas de negociaciones por parte de los miembros del Consejo de Seguridad en las diferentes sedes neoyorquinas de los respectivos países no fueron suficientes para vencer la oposición de Rusia a un comunicado de ultimátum a Irán, que abriría la puerta a sanciones económicas e incluso militares.

El objetivo era ofrecer un frente unánime que convenciese al Gobierno de Teherán de la firmeza de la comunidad internacional. Por eso la reunión del órgano de la ONU a puerta cerrada que se celebró el martes no fue convocada hasta que los promotores del comunicado, redactado por Francia y Reino Unido, creyeron tener un acuerdo, que se esfumó antes de materializarse.

«Impacto»

«El impacto de las negociaciones que estamos llevando a cabo aquí no ha sido tan positivo como habíamos deseado», dijo lacónico el embajador británico, Emyr Jones Parry, a los reporteros que le esperan a la salida.

Rusia, respaldada por China, desea que se elimine la mitad del texto anglofrancés con dos objetivos principales: evitar que dé pie a sanciones y mantener el tema en manos de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA). De lo contrario, cree, se enconará todavía más el conflicto existente entre Irán y la comunidad internacional, con el peligro de que el Gobierno de Teherán rompa las conversaciones.

Moscú considera la frase en la que se alude a las intenciones iraníes de desarrollar la tecnología necesaria para hacerse con armas nucleares como «una amenaza para la paz y la seguridad internacional».