ESPAÑA

Otegi protagoniza el acto de Baracaldo y dice que se acerca el fin del conflicto vasco

El portavoz del partido ilegalizado dice que «estamos en un pulso político para lograr un nuevo escenario» La Ertzaintza permitió la concentración, a la que acudieron 7.000 personas y que transcurrió sin incidencias No asistió ningún representante del PNV ni de IU

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Arnaldo Otegi se erigió ayer en el protagonista del acto de Baracaldo en apoyo a Batasuna y que sustituyó a la asamblea prohibida esta semana por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska. Otegi, que no dudó en hablar en nombre del partido clandestino, prometió ayer en la explanada situada a tan sólo escasos metros de donde se hubiera celebrado el 'congreso nacional' que la izquierda 'abertzale' sabrá responder «con responsabilidad, compromiso y trabajo político» a las provocaciones y obstáculos desde los gobiernos español y francés.

No hubo incidentes, aunque la presencia de la Ertzaintza fue evidente en el transcurso del acto, tanto en las cercanías de la explanada como desde el aire con un helicóptero. No obstante, en ningún momento los agentes llegaron a intervenir o intentaron impedir la llegada de los militantes 'abertzales' a las cercanías del Bilbao Exhibition Centre (BEC) de Baracaldo.

Al final, fueron cerca de 7.000 personas -según las estimaciones de la policía autónoma vasca- se concentraron junto al BEC, respondiendo así a la convocatoria presentada por un grupo de «ciudadanos anónimos y de izquierdas» en apoyo de Batasuna y en «defensa de los derechos civiles y políticos» de la formación ilegalizada.

Los congregados, que portaban centenares de 'ikurriñas', evitaron en todo gritar consignas o exhibir carteles a favor de ETA o de Batasuna, sabedores de que la Ertzaintza sólo tenía órdenes de intervenir en el caso de que se hiciera exaltación de la coalición o de la banda terrorista. Únicamente algunos participantes corearon gritos a favor de los presos de la organización armada.

Junto a los líderes de Batasuna como Otegi, Joseba Permach y Pernando Barrena estuvieron también la parlamentaria de EHAK Nekane Erauskin, el secretario general de EA, Unai Ziarreta, el miembro de Aralar Xabier Sarasua y el diputado vizcaíno del mismo partido, Julio Artexe; el secretario general de LAB, Rafa Díez Usabiaga, el secretario de Comunicación de ELA, Germán Kortabarria, o el dirigente de EHNE Unzalu Salterain. No asistieron sin embargo representantes de PNV e Izquierda Unida, partidos a los que Batasuna había reclamado su apoyo esta misma semana.

Sólo al final del acto Arnaldo Otegi se dirigió a los miles de asistentes y lo hizo durante más de 13 minutos, tanto en castellano como en euskera. El líder de Batasuna, que habló en nombre de su partido y con un discurso de fuerte contenido político, aseguró que la prohibición del congreso de su formación sólo es «un obstáculo más» en la lucha del pueblo vasco por la solución definitiva.

«Estos obstáculos van a ser cada vez mayores, cada vez con mayor intensidad, no porque el proceso esté embarrancado sino porque nos estamos acercando irremisiblemente a un proceso de soluciones al conflicto de Euskal Herria (País Vasco)», señaló Otegi, que advirtió además que «a más provocaciones, más obstáculos, más procesos».

«Democracia y justicia»

Incidiendo en esta idea, Otegi manifestó que «el pulso que se juega en estos momentos no es jurídico ni de aplicación estricta de la ley», sino que se trata de un pulso «entre aquellos que no quieren soluciones, que quieren alargar el conflicto y que le tienen miedo a Euskal Herria (País Vasco), y entre aquellos que hemos hecho una apuesta por ganar un escenario nuevo de democracia, justicia y libertad».

El portavoz radical insistió que ante la coyuntura actual que vive el País Vasco, la izquierda 'abertzale' «va a responder con responsabilidad, con compromisos, con lucha y con trabajo político». Otegi, que exigió a España y Francia que respeten a «la nación vasca», en un momento de su intervención se hizo acompañar de sus compañeros de partido Barrena y Permach. En la concentración se registraron intervenciones políticas. Entre ellas, las de un representante del Sinn Fein, que calificó de «error» la ilegalización de Batasuna en un momento de expectativas de apertura de un proceso de paz y que pidió al Estado español que «mire» a Irlanda. Por su parte, el 'número dos' de ELA, Germán Kortabarria, acusó al Estado de construir «un Guantánamo» para muchos ciudadanos vascos a los que «se niega sus derechos civiles y políticos».