El nuevo Gobierno de la Junta

Ya lo anunció el pasado martes la periodista Stella Benot en estas mismas páginas: Susana Díaz remodelará el Gobierno de la Junta tras el próximo debate parlame ntario. Y así fue. El jueves a las once de la noche, una hora que delata tanto la urgencia de la remodelación como los inconvenientes surgidos al cerrarla, la presidenta daba a conocer los nombres de su nuevo gobierno. Tras el fracaso de las primarias, Susana Díaz estaba obligada a dar un golpe de timón que al menos aparentara un cambio de rumbo en Andalucía, su más preciada trinchera.

En el nuevo Ejecutivo andaluz se mantiene la estructura y el núcleo duro de los consejeros más experimentados y con mayores competencias: Jiménez Díaz, María Jesús Montero, Ramírez de Arellano y Rosa Aguilar.

Se queda fuera, al parecer por decisión propia, Mario Jiménez, que se dedicará de lleno al partido y al grupo parlamentario. Y se cambia a los consejeros de Educación, Sanidad y Empleo, que son los que tenían mayor contestación en la calle. También se cesa a la consejera de Agricultura, no se sabe muy bien por qué, y se renuncia a agrupar las competencias de Economía y Empleo.

Habida cuenta de las reacciones suscitadas por el cambio y el bajo estado de forma que acreditó la presidenta en el debate parlamentario, donde fue vapuleada por Juanma Moreno y Antonio Maíllo, el golpe de efecto pretendido no ha terminado de funcionar. El Gobierno que debe gestionar la Junta hasta las próximas elecciones autonómicas parece cualquier cosa menos nuevo. Tendremos la paciencia necesaria, pero no se adivina que el cambio de gestión que Andalucía necesita vaya a producirse en esta nueva etapa. Tal vez lo más destacado de esta urgente sesión de maquillaje sea el relevo en la portavocía del Gobierno: Juan Carlos Blanco, un hombre de diálogo y acreditada solvencia, sustituye a Miguel Ángel Vázquez, a quien se le ha encomendado la Consejería de Cultura. Una nueva cara para un gobierno con escaso pulso.

@aybarrapacheco