La Voz de Cádiz

La Zona Franca, en la línea de salida

Tras el escandaloso apoyo a la de Sevilla y los casos de corrupción, el Consorcio tiene la ocasión de comenzar de nuevo con el objetivo claro y la necesidad de crear empleo

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La Zona Franca de Cádiz es uno de los pocos motores industriales y comerciales con los que cuenta la comarca. Junto al sector naval, al aeronáutico y al portuario forma la cuarta rueda de un carro en el que viajan buena parte de las esperanzas de prosperidad social de los gaditanos. A pesar de los escándalos que marcaron su gestión en el inicio de siglo, antes y después de aquella etapa negra aún por resolver, el consorcio es un aval para el porvenir económico de la comunidad, especialmente si es capaz de explicar y asentar su expansión, convirtiéndose en uno de los ejes de la plataforma logística del sur de Europa.

Para que ese logro colectivo, de Algeciras, de Cádiz, de Jerez y de las comarcas que les rodean, sea posible es necesario que ministros como el de Hacienda, como Cristóbal Montoro, y el de Fomento entiendan la necesidad de conectar estas tres ciudades de forma rápida y eficaz con vías terrestres, ferroviarias, que vayan desde los muelles hasta el centro de distribución jerezano y, de ahí, a toda Europa.

Es la conexión natural de un gigante como el Estrecho de Gibraltar y hay que ponerla en pie de una vez. Se trata de apostar claramente, a través de presupuestos, y dejar atrás dudas y polémicas como el respaldo estatal a una nueva Zona Franca en Sevilla. La decisión del Gobierno de la Nación de abrir un recinto fiscal a cien kilómetros cayó como un jarro de agua fría entre los dirigentes del PP en la provincia, que no tardaron en mostrar su disconformidad y en pedir explicaciones. La presencia de un recinto fiscal en la capital hispalense se consideró una amenaza para los intereses de Cádiz. Ante esta situación, el consorcio gaditano recibió una línea de ayuda especial de 200 millones de euros en cinco años.

El nuevo delegado, Alfonso Pozuelo, está obligado a empezar a trabajar en este escenario, con más competencia que nunca pero con un propósito claro y con los escándalos cada vez más lejos. Está en su mano acelerar uno de esos motores de la Bahía de Cádiz, necesitada del empleo de calidad que sólo dan las industrias de mediano y gran tamaño. Su triunfo y su suerte serán los de todos los gaditanos así que sólo cabe desearle lo mejor.

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