OPINIÓN

Mareas de muerte

Está demostrado que mil vidas se quedaron en el Estrecho en 2018 y la sociedad lo asume sin más

Es una tragedia que alcanza cifras nunca antes conocidas. Cuesta un número de vidas propio de la catástrofe humanitaria que es. Sin embargo, al ser una desgracia diaria y cotidiana , desconocida en una parte y presentada por capítulos, en otra, la sociedad gaditana, la española, la vive con la misma normalidad . Ya sea un muerto o un millar, se contempla como algo inevitable y descontado, como una maldición geográfica cuando es obra, únicamente, de la mano humana.

Pro Derechos Humanos ha fijado en más de mil personas las fallecidas o desaparecidas en el Estrecho de Gibraltar en el pasado año . En ese 2018, el cálculo dice que 55 personas cruzaron de un continente a otro de forma irregular, cada día , como media. Estos números triplican los registrados en el año anterior.

La organización humanitaria trata de despertar conciencias, como hace Cruz Roja en cada recuento, para advertir de que la sangría es intolerable. Estos datos obligan a pensar que Cádiz vuelve a estar entre las rutas prioritarias, en el camino central, de la inmigración mundial. Los números sitúan bastante por debajo a Málaga, Almería y Granada en esta revisión de la llamada «frontera sur». Sin embargo, los expertos coinciden en señalar que no se trata de que la costa gaditana sea de nuevo foco de atracción sino de que cada vez hay más personas en la otra orilla que se lanzan a cruzar el Estrecho y más grupos delictivos dispuestos a sacarles lo poco que tienen por dirigir esa travesía mortal .

Los 14,4 kilómetros que separan el continente africano del Europa por el Estrecho de Gibraltar se han cobrado 8.000 vidas en los últimos 20 años y un millar se han perdido sólo en el último. Son las cifras confirmadas de personas que perecieron en el mar cuando se lanzaron a bordo de pateras o balsas de juguete en su intento de llegar España por el extremo meridional de la Península según la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA).

Desde 1997 han perecido en las aguas del Estrecho 8.000 personas según esos datos verificados y contrastados por esta asociación, apoyados por organismos internacionales como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). El terror crece si se asume que la cifra de víctimas podría ser muy superior. Es un fenómeno que no tiene síntomas de frenar. Y todavía quedan dos meses de mal tiempo. En verano seguiremos contando inmigrantes, desaparecidos y fallecidos.

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