Manuel López Sampalo

Tanqueta rima con Caleta

La bulla del Metal, como toda batalla posmoderna, se ha basado en un intercambio continuo y sensacionalista de imágenes: una guerrilla visual y viral

Manuel López Sampalo

Si a usted no le han bombardeado por WhatsApp, Twitter y Facebook con vídeos del conflicto del metal, usted no es de Cádiz. O es un analógico, que todo puede ser. Habrá visto, 'de seguro', las señales de humo de los piquetes que cortaban la vía del tren, la batalla campal en Cortadura, un coche arrojado al fuego, una estudiante consolada por un antidisturbios, una Charo que compara la cosa con la Revolución de los Claveles portuguesa --le faltó ponerse a cantar el ‘Grândola, Vila Morena’ al 3x4-- y, cómo no, la famosa tanqueta patrullando por el Río San Pedro --Río de San Pedro para los medios nacionales--.

La bulla del Metal, como toda batalla posmoderna, se ha basado en un intercambio continuo y sensacionalista de imágenes: una guerrilla visual y viral. Se ha dado una inflación de la imagen; que si ya es tasada en tiempos de paz por encima de las mil palabras, figúrense lo que valdrá en tiempos de agitprop y guerrilla urbana. Harían falta 20 artículos como este –de 600 vocablos– para contrarrestar el vídeo del señor mayor que se da de hostias con la Policía; unas 200 columnas racionales y pedagógicas para enfrentar el megáfono emocional y demagógico de un ‘arkarde’, y por una tanqueta… yo no sé qué te diera por una tanqueta.

Y luego está lo de las coplas de carnaval rescatadas para la ocasión. ¿Qué artículo de opinión por muy bien escrito y argumentado que esté osaría plantarle cara a la demagogia irresistible --por decirlo con Chapu Apaolaza-- de un pasodoble de Manolito Santander? A ver, que estamos hablando de que Martínez Ares escribe una letra a favor de la independencia de Cataluña y durante esos dos minutos uno se vuelve más húligan de la causa que Rufián. ¡Que si Hitler hubiera dado sus arengas con la música de El Noly hasta los judíos levantan el brazo!

Pero sin duda, todo este lío del Metal será recordado por un símbolo fruto de una torpeza del Gobierno: el Blindado Medio sobre Ruedas (BMR) --aka La Tanqueta--. La tanqueta, la 'porejita' mía, no ha hecho ná: despejar tres contenedores dispuestos a modo de barricada. Si hasta llevaba escrita la onomatopeya ‘UIP’ como diciendo “madre mía, dónde me he metido”. Pero ahí quedará como símbolo de “la represión gubernamental” para los anales y como pasto de cuplé para los carnavales. ¡Y además rima con Caleta! Un tanque ligero, que le puede costar la reprobación a Marlaska; un ministro que tenía que haber sido cesado cuando señaló a Ciudadanos como blanco en el Orgullo Gay de 2019: de ello puede dar fe Jesús Nieto Jurado, al que no le hicieron moratones en el culo, como al abuelito de Cortadura, sino una brecha en la calva.

Muchos se preguntaban qué carajo hacia un tanquecillo en Puerto Real; yo me cuestionaba qué coño es una tanqueta, emulando a Jordi Pujol con la UDEF. También fantaseaba con que los currelantes del Metal volvieran al tajo y se pusieran manos a la obra a construir nuevas tanquetas. Bendita paradoja. No es el caso, porque se conoce que en la Bahía de Cádiz no se fabrican de estas. Lo que no quiere decir que no se trabaje el material bélico: ahí tienen las famosas corbetas de guerra saudíes 'made in' Astilleros.

Igual que quedó el crucero de Piolín como imagen del lío catalán, de la resaca metalera, por muy solemne que se ponga el Kichi, se recordará la tanqueta. Que ya digo que da para rima consonante con Caleta. A falta de musas de carne y hueso, ahí tienen los chirigoteros su BMR. Aunque estoy de acuerdo con el Selu en que no deberían permitirse los pasodobles de cachondeo. Ni los artículos, claro. Ome, por favó.

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