OPINIÓN

Kichi el vendehumo

¿Qué es una auditoría ciudadana? ¿Quién la hace? ¿El carnicero de mi calle?

José María González, durante la campaña electoral del año 2015 L. V.
Ignacio Moreno

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Hace ahora justo tres años, allá por marzo de 2015, estábamos en plena carrera hacia las elecciones municipales. Elecciones que a la postre dieron el bastón de mando de Cádiz a José María González ‘Kichi’ en una memorable y soleada mañana de junio en San Juan de Dios. Para llegar a ese momento –su gloriosa foto asomado al balcón bendiciéndonos a todos– el alcalde había hecho una serie de promesas de lo más variopintas . La más alarmista: «Vamos a acabar con el hambre de los niños de Cádiz», cuando en Cádiz no había niños que pasaran hambre. La más demagoga: «Vamos a hacer que vuelvan a Cádiz todos los que se fueron por el puente a buscar trabajo». Y se siguen yendo. Luego vendrían otras más pinturescas: «Vamos a dar carnés de alimentadores de gatos», cuando en Cádiz los que ponen bandejitas con bolitas de colores por las esquinas siguen haciéndolo, con carné o sin carné. Y la más mediática, la que sin duda se lleva la palma y le dio no pocos votos: «Vamos a abrir las ventanas, vamos a poner paredes de cristal. Vamos a hacer una auditoría ciudadana para conocer el origen de la deuda del Ayuntamiento» . Una auditoría ciudadana. ¡Una auditoría ciudadana! Qué bien queda. ¿Quién se va a negar? ¿Como no van a querer eso los vecinos y las vecinas? Pero, ¿qué puñetas es una auditoría ciudana? ¿Quién audita? ¿El carnicero de mi calle con el boli en la oreja? ¿El de la tasca de Santa María con la tiza en la barra? ¿El chicuco de la esquina mientras despacha cuarto y mitad de chicharrones? ¿Yo, que soy de letras y no tengo ni pajolera idea de cómo se hace? Las auditorías ya existen. Lo exige la ley. Y hay que auditar todo lo auditable, hasta sus últimas consecuencias. Pero han de hacerlo profesionales independientes en colaboración con los técnicos municipales. Que ya está bien de perder el tiempo con pamplinas infantiloides.

Pero ahí están los tíos. Y como estas podríamos enumerar varias propuestas majaderas más que hizo nuestro Excelentísimo alcalde para llegar a ser nuestro Excelentísimo alcalde, con el excelentísimo apoyo del PSOE de Cádiz , que le compró la moto con tal de que derraparan los del ‘Teofilato’. Entre falsa promesa y falsa promesa, la vida ha seguido en Cádiz, sin que se avance gran cosa. Eso sí, se han desatascado algunos proyectos que llevaban años, cuando no décadas, parados. Pero lo han hecho porque la Junta de Andalucía, que hasta 2015 no le daba ni agua a la ciudad, de pronto se ha vuelto muy voluntariosa, con fotos de numerosos consejeros e incluso la mísmisima presidenta andaluza, posando sonrientes junto al Fermín Salvochea del siglo XXI. De aquí a nada, cuando se quiera usted dar cuenta, volvemos a estar de lleno en la carrera electoral .Si no lo estamos ya. Y volverán a vendernos humo. Al menos nos reiremos, aunque sea por no llorar.

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