Javier Fornell

Dame pan y dime tonto

A mayor cultura, mayor grado de desarrollo y bienestar social

Javier Fornell

Siempre he pensado que la riqueza de un país está en la formación de sus ciudadanos . A mayor cultura, mayor grado de desarrollo y bienestar social. La educación, mucho más allá que la formal, debe ofrecer al joven las herramientas de raciocinio necesarias ... para sobrevivir en sociedad: capacidad de análisis, capacitación laboral, conocimiento de sus derechos y también (y casi más importante) de sus obligaciones. A la par debe ofrecer valores éticos que permitan a la sociedad convivir en paz.

Sin embargo, en nuestra historia reciente, la educación se ha convertido en un lastre para la sociedad. Si los alumnos de la EGB fueron considerados la generación mejor preparada de la historia española, siete reformas educativas (a la que se une la octava firmada por la ministra Celaá) han cambiado las tornas.

Nuestros políticos se muestran ineficaces a la hora de conseguir un acuerdo que asiente las bases de este pilar básicos. Las leyes sucesivas solo han sido usadas con fines partidistas e ideológicos, olvidándose de que un pueblo analfabeto es un pueblo pobre. Y empobreciendo y aborregando a nuestra sociedad. Andalucía es el claro ejemplo: esta comunidad fue motor del desarrollo económico español y europeo, hasta que las políticas franquistas, primero, y socialistas, después, la mataron. Lo hicieron primando los intereses de las comunidades del norte respecto a las del sur; pero también con un sistema educativo que, en pleno siglo XXI, aun está en precario con un exceso de profesores interinos (algunos con más de 20 años de experiencia en no aprobar oposiciones) y aulas prefabricadas. Y así han logrado que este pueblo mire para otro lado mientras se hundía en la miseria.

La nueva ley, que viene a anular la anterior del PP, dice facilitar que todos los estudiantes alcancen su objetivo sin mermar la calidad. Pero la realidad es que solo servirá para maquillar estadísticas y permitir que jóvenes sin formación académica mínima alcancen el mismo nivel de estudios de aquellos que se han esforzado en su aprendizaje: queda mejor decir que no hay suspensos, ya que en los rankings europeos queda feo ver a nuestro país siempre destacando en fracaso escolar. Titulo frente a conocimientos, parece ser una máxima de la izquierda en este país. Dame pan y dime tonto, en modo escolar.

De paso, se asfixia a la educación concertada, se suprime la religión (que pierde valor y acabará convertida casi en una extraescolar), se deja en manos de las comunidades el aprendizaje del castellano; y se eliminan las revalidas, que tanto dieron que hablar. Al menos, nos queda, que se va a potenciar la FP en una segunda ronda de renovaciones educativas.

Quizá, este sea uno de los aspectos más olvidados de nuestro sistema educativo, y uno de los más importantes. Tenemos demasiados jefes para tan pocos indios. O, lo que es lo mismo, demasiado universitario para una sociedad que demanda otros tipos de profesionales que han caído en el olvido. Y eso frustra, y mucho, a esos niños que no sufrieron el fracaso escolar, pero sí se han dado de bruces con la realidad laboral.

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