El Apunte - OPINIÓN

Un hotel simbólico

Para el Gobierno local, todo conflicto sólo tiene dos orígenes posibles: trama oscura o los predecesores en el cargo

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El nuevo gobierno municipal ha basado sus dos primeros años de gobierno en dos ideas de la profundidad política de un cubo de playa, además de poco prácticas y menos productivas: todo es culpa de los que gobernaban antes y todos me tienen manía. Siempre habrá quién se las compre y, sobre todo la segunda, tiene un uso ilimitado. Nunca prescribe ni caduda. Una persona, un colectivo o una institución puede achacar a las pérfidas acciones de una mano negra –nunca identificada– cualquier calamidad que le suceda, cualquier error o negligencia, todos los incumplimientos y hasta la incapacidad o la falta de ideas.

Todo lo que salga mal viene a ser obra de los perversos hilos de unos seres malignos (llámese «casta», «caverna» o «trama») que se reúnen constantemente a conspirar contra la causa, sea la que esa.

Los malos –siempre sin rostro ni nombre salvo los predecesores, la empresa, la banca y los medios– ponen zancadillas a todo lo que se haga. En algunos casos puede ser verdad pero el mérito está en usarlo siempre, en cualquier contingencia. Siempre habrá partidarios o incautos que se lo crean.

El Ayuntamiento de Cádiz, su equipo de gobierno, ha perfeccionado esta vieja técnica hasta convertirla en una letanía que cubre todas las semanas de cada mes. El PSOE nos bloquea, la prensa cruel miente, manipula, el PP boicotea, los de Ciudadanos dan apoyo a todos los villanos... Y no sólo señalan a partidos políticos. Los colectivos vecinales y determinados colectivos profesionales si se oponen a algo, lo hacen por intereses oscuros, espurios, fruto de la conspiración.

Los ejemplos suman ya decenas en apenas dos años de gestión municipal pero uno de los más sonoros persiste, reaparece una y otra vez. El Ayuntamiento se había comprometido a vender el hotel de la tribuna del estadio Carranza antes del 31 de diciembre de 2016. Esa compra no se ha producido y el presupuesto municipal quedó cojo para siempre. El equipo de gobierno no ha podido o no ha sabido cumplir su compromiso pero, una vez consumado el fiasco, la respuesta ha sido la de siempre: voluntarismo, promesas incumplidas y culpas a terceros. Se trata de un complot.

El concejal de Hacienda, David Navarro, llegó a decir que había «un interés creado para que una oferta no llegara hasta el final». La mano negra, el complot, la intriga. Nunca incompetencia, error, falta de previsión, incapacidad o inexperiencia. Pero lo cierto es que el plazo se acaba y no hay venta, ni millones, ni hotel ni nada.

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