Fernando Sicre

Una ‘gran coalición’ sin memoria

A la incoherencia del PSOE, une la incapacidad de reacción y de asunción de su propio programa electoral el PP

Fernando Sicre
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España se ha convertido por derecho propio en un esperpento. Los políticos han decidido con ahínco cargarse el país y vaya que si se lo cargan. PP y PSOE han escenificado en Andalucía un frente común en defensa de las diputaciones. Les une a ambos la oposición al pacto suscrito entre PSOE y C’s, donde literalmente se recoge su supresión. Lo que coloca al PSOE en la total incoherencia, a favor y en contra de lo mismo, en el mismo periodo . En época de ZP, era el PP el que reclama su supresión en su programa. Lógicamente el PSOE gobernaba la inmensa mayoría de ellas. Gobernando casi la totalidad de las instituciones el PP a continuación y siendo Pérez Rubalcaba secretario general, su programa político apoyaba su supresión.

Por supuesto contó entonces con la total oposición de los que gobernaban, o sea del PP.

A la incoherencia del PSOE, une la incapacidad de reacción y de asunción de su propio programa electoral el PP. Éste propuso en el contexto de reforma de la Administración pública, una especial actuación para la reforma de la administración local. En el Programa de Estabilidad para el 2014-2017 que el Gobierno del PP elevó a la Comisión Europea, se decía y se cuantificaba sobre la fusión de los municipios de menos de 5000 habitantes. El argumento económico de peso consistía en el ahorro de 8.000 millones hasta. Este reagrupamiento municipal posibilitaba actuaciones en condiciones de eficiencia y eficacia en el gasto municipal. La consecuencia inmediata: la supresión de las Diputaciones por auténtica falta de objeto. Simplemente, el ámbito periférico provincial de gestión pública quedaría inconsistente, precisamente porque los municipios resultantes estarían capacitados para asumir la gestión de los servicios públicos que la Ley les exige en condiciones de racionalidad económica. Otra cuestión a resaltar, origen del problema y responsabilidad exclusiva del PSOE, exige remontarnos a 1982, en pleno proceso de formación de la administración andaluza. Se incumplió literalmente el Estatuto de Autonomía, que preveía cimentar la construcción de la administració andaluza, sobre la base de la ya existente administración periférica estatal, o sea, sobre las diputaciones .

¿Qué ocurrió entonces?

Lo que la racionalidad no recomienda. Precisamente, lo que los políticos españoles ejecutan. Se construyó la Junta a imagen y semejanza de los mandamases de entonces, con contrataciones masivas, siendo característicos los interinos, para después sacar plazas definitivas. Imagínense donde están ahora los interinos de aquel entonces. Pero no contentos con ello y ante los varapalos judiciales de los tribunales de lo Contencioso con los «peculiares procesos de selección», se ideó la construcción de la administración paralela, con las tristemente famosas agencias de la Junta de Andalucía.

Los Tribunales han vuelto a recordad a la Junta el desastre en todos los órdenes de administración configurada, con carencias de pruebas selectivas basadas en principios de mérito y capacidad. Son los tristemente llamados 25.000 «enchufados» de la administración paralela. Este gran desastre en forma de desatino administrativo ha sido ratificado esta misma semana con las declaraciones de los interventores provinciales de la Junta de Andalucía en la comisión de investigación por el caso ‘formación’. Les puedo asegurar y tengo la firme convicción de no errar, que con interventores del Estado esto no hubiera ocurrido.

Solicito con urgencia una respuesta de manera transitoria, en tanto se decide qué hacer de manera definitiva con las diputaciones, que anticipo nunca llegará: la retirada de cualquier tipo de compensación salarial, que no sean los gastos de desplazamientos por las asistencias a plenos y comisiones. Estos señores ya perciben cantidades en sus propios ayuntamientos de donde proceden. La total desaparición de asesores y de financiación a los grupos, ya que el apoyo a los políticos debe ser realizados por los funcionarios, dentro del ejercicio de sus ordinarias competencias. Seguiré soñando que algún día habitaré en un país decente, racional, eficiente, eficaz, coherente…

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