OPINIÓN

Cuatro días no valen 50 millones

Cuando el 15 M pensé que era un niño con aspiraciones políticas

Cuando el 15 M pensé que era un niño con aspiraciones políticas. Llegué a pensar que era el retoño del coletas, y que lo tenía allí porque esta gente son dados a llevar a la infancia a donde trabajan. Luego observé que siempre estaba y ... que no necesitaba ser amamantado. Todo un enigma. Hasta que leí que había sido novio de Rita, la que se paseaba desnuda por la iglesia de la Complutense, al grito a los feligreses de «arderéis como en el 36». Entonces exclamé «joder con el niño». De niño nada. Parecía un adulto con Síndrome de Highlander. Le impide envejecer exteriormente, ralentiza su crecimiento y hace que su cara y su cuerpo sean similares a las de un adolescente.

Posteriormente salta el tema de la beca en la universidad de Málaga, donde se planteó la inhabilitación para trabajar en la Universidad de Málaga en proyectos investigadores, por incumplimiento del contrato de trabajo, en el que se estipuló un sueldo de 1.825 euros al mes por 40 horas semanales. Es cuando comienzo a pensar en su síndrome de Peter Pan, que hace referencia a los adultos que continúan comportándose como niños o adolescentes y no son capaces de tomar la responsabilidad de sus actos. Intento llevarles a mi terreno para conectar con el hilo argumental del artículo de hoy. Dos pistas, aniñado y perezoso. Alternativamente, ‘maduro’ como su primo el de Venezuela y demagogo. Sí, Iñigo Errejón. Pesado en canal como los terneritos retintos son 50 millones. La contraparte de la operación, la egabrense de mis entrañas. La de Cabra.

El proyecto piloto para reducir la jornada laboral a 4 días que negocia el Gobierno, contempla «asumir el coste salarial para las empresas y el trabajador y facilita a la empresa su reorganización en materia de producción o en cambios digitales para aumentar la productividad».

Ese proyecto piloto ha sido la exigencia de la formación de Errejón a cambio de su apoyo al Decreto ley que regula la gestión de los fondos europeos. Y yo me pregunto ¿porque no 2 en vez de 4 días? O mejor aún, ¿porque no cobramos directamente y nos quedamos en casa tirados a la bartola? Plantear esa opción, aunque sea a modo de estudio es inmoral. Es legal porque aquí cualquiera que tenga votos que aportar a la coalición gubernamental, puede negociar sus votos y ponerles precio. La falta de ética del acuerdo raya en la más burda de las corrupciones, legalmente consentida por un sistema, político español, tan corrupto como el acuerdo habido.

Ya experimentamos en España la reducción de la jornada a 35 horas semanales. Sólo se impusieron en las Administraciones y en las empresas subcontratistas de las Administraciones. No dependen del mercado, sólo hay que imputarlas al presupuesto, que pagamos todos los contribuyentes y asunto solucionado. En aquel entonces la Junta de Andalucía otorgó fondos a las empresas que la impusieran para «equilibrar la pérdida de productividad y para la mejora de la organización».

En una economía de servicios, con una especial preponderancia al turismo, bajar las horas de trabajo, es reducir la productividad directamente, salvo que se impongan jornadas de 10 horas diarias y se llegue a la convicción que incrementar la jornada diaria de esa forma para trabajar 4 días, mantienen al menos constantes los niveles de productividad. Son estos los que determinan el bienestar de la sociedad.

Después de la propuesta, Errejón se ha hecho merecedor del apodo ‘niñato’. Solo los que adquieren esa condición se revelan con trabajar 40 horas a la semana. Quizás habrá que legislar democráticamente una norma contra vagos y maleantes.

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