La explosión gastronómica de cádiz

Al margen de las subidas y bajadas en las guías, cada vez son más los locales erigidos en potente atractivo turístico

Es demasiado pronto para sacar conclusiones. Quizás han pasado pocos años desde la explosión de la gastronomía gaditana. Es difícil tener una perspectiva clara. Conviene tomar distancia para entender exactamente el tamaño de las cosas, de los acontecimientos. Puede que sean necesarios algunos años para ... comprender con exactitud el impacto turístico y económico que un joven cocinero, de apenas 40 años, como Ángel León ha provocado en El Puerto de Santa María , en Chiclana y por extensión a toda la provincia de Cádiz , con especial influencia en Jerez (LÚ Cocina&Alma y Mantúa) en los últimos dos años. Cuando la gastronomía es una tendencia mundial imparable, que mueve miles de millones –de dinero y de lectores diarios en todos los soportes audiovisuales y digitales– tener a una figura de referencia, a una estrella con estrellas de las mejores guías, garantiza muchas visitas exclusivas, de un turismo concreto, y de alto nivel adquisitivo, que tiene como prioridad descubrir uno tras otro los lugares más recomendados de una región, de una zona o un país.

Y es que Ángel León , con su histórica tercera estrella desde 2017, Juanlu Fernández o Israel Ramos convierten la provincia de Cádiz en lugar de culto gastronómico y visita obligada para miles de personas. Cada vez son más estrellas de la primera guía del mundo: Michelin. Hasta cuatro han llegado a ser obra del mismo cocinero, el Chef del Mar, con un listado de premios y menciones asombroso que incluye el Premio Nacional de Gastronomía. Ese imán es muy fuerte para muchos. Y esos muchos suponen un extra de ingresos para una zona especializada en el turismo y el sector servicios.

Ángel León, Juanlu Fernández o Israel Ramos se sientan a dialogar con la tradición, la creatividad, el riesgo, la Sierra, el campo, el vino. el mar... Los escuchan para que luego lo probemos en unas versiones que nunca han sido tan nobles y excelsas. En esta declaración de intenciones caben la investigación, el riesgo empresarial, el atractivo turístico, la conservación del mar y la invención de productos y sabores. Frente a lo sugerente, evocador o sorprendente de los platos, las propuestas o los nombres, lo importante para estos entusiastas es que la gente que va a sus restaurantes pruebe algo inédito para su paladar y para el resto de sus sentidos. No sólo lo han logrado, es que el mundo se da por enterado. Todo desde Cádiz, tan lejos y tan cerca.

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