Pedro Sánchez, en picado

El Falcón de Sánchez ha entrado en barrena y ya hay fecha para el impacto, el 23 de julio. Desde la playa lo veremos caer al mar

Ignacio Moreno Bustamante

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Votar en pleno mes de julio es incómodo y un sindiós. Está claro. Pero tampoco es para tanto. No exageremos. Que Pedro lo ha hecho a mala idea y con fines perversos también es obvio. Pero precisamente por eso. Si hay que ir a votar, se va. ¿En chanclas? Pues en chanclas. Y si no se puede porque ya tenemos cerrado en esa fecha el alquiler del apartamento, pues se vota por correo. El domingo pasado lo hicieron miles de rocieros y el PP ha arrasado igual. Aquí al único al que hacen polvo de verdad es al que le toque estar en una mesa electoral. Ese sí que la lleva clara. Pero el que tenga un mínimo interés en depositar su voto en la urna, lo deposita. En verano, en otoño, un domingo o un martes si es menester. Porque el fondo del asunto, que no es otro que acabar con el peor Gobierno de la democracia, es mucho más importante que cualquier incomodidad puntual. En cualquier caso, también le digo que a estas alturas ya no hay estratagema, no hay «audaz estrategia» posible del presidente y su cohorte de lumbreras, que evite lo inevitable. Ya puede gastarse 400 millones o 4.000 en propaganda, que el cataclismo del PSOE sanchista está garantizado. Y lo está porque el español no es tonto. Y además está harto. De mentiras. De ver cómo su Gobierno reparte la miseria en función de sus intereses. De tener que agradecer que le den limosnas para pagar el billete del tren o que al abuelo le inviten al cine los martes. Y que encima lo disfracen de avance, de protección social. Por supuesto ya ni les cuento lo de Bildu, lo de la sedición, el 'sí es sí' y tantos y tantos intentos de insultar a nuestra inteligencia. Hasta del despilfarro de los trenes que no caben por los túneles, que parece que se nos olvida. Pedro Sánchez está muerto políticamente. Se ha suicidado él solito. Hace poco un dirigente local del PSOE me decía que este presidente pasará a la historia como el que mayores avances sociales ha logrado en la democracia española. En los libros de texto dice que saldrá. Y lo peor es que se lo cree a pies juntillas. Otros socialistas no son tan ultras de su jefe y sí son capaces de decirle a su rey que va en pelota picada, como García Page. Pero son minoría. Curiosamente, el que parece estar en minoría dentro de su propio partido es el que obtiene mayoría absoluta en las urnas. Otro síntoma evidente más de la decadencia de Sánchez. Ni siquiera se puede hablar ya del 'sanchismo', pues cada día está más solo. Las decisiones importantes ya no las consulta con su consejo de ministros –si es que alguna vez lo hizo–, sino con su núcleo duro compuesto por Félix Bolaños, María Jesús Montero, Antonio Hernando y un par de amigos más de la infancia. O de cuando jugaba al baloncesto, vaya usted a saber. El Falcón de Sánchez ha entrado en barrena y ya hay fecha concreta para que se estrelle, el 23 de julio. Desde la orilla de la playa lo veremos caer en picado y estrellarse contra el mar. Entonces tocará evaluar los daños causados, que serán muchos, y encomendarnos a su sucesor para que enderece el rumbo de un país roto y dividido. Esa es la herencia que recibirá Feijóo de un presidente que ha dejado que la extrema izquierda llevara los mandos. A quién se le ocurre.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación