Opinión

Pedro el activo y Antonio el pasivo

Sus cuatro líneas rojas me hicieron llorar. Ay María. Más que una bellota eres una chanquetita de Verano Azul

Fernando Sicre

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Ortega sentenció al mundo político: «ser de derechas es como ser de izquierdas; son sólo dos de las muchas formas que tiene una persona de ser imbécil». Cipolla hizo lo mismo con el «homo hispanicus». ¿Sí no como se puede calificar a alguien que no le importa pasar penurias, siempre que las pase también el vecino? El mayor problema del español es la envidia. No sólo es un problema ancestral, sino que se ha convertido en genético. La satisfacción que les produce la venganza social sobre el de arriba, es suficiente para colmar su ego. Así funcionamos y todo indica que por lo siglos de los siglos. Por eso D. Carlo (es italiano) mantiene que somos idiotas en grado sumo, 2º puesto de su peculiar ranking. A pesar de la certeza de lo expuesto, la superioridad moral de la izquierda insiste en que ser de derechas es radicalmente diferente que ser de izquierdas. El progresismo tiene una nueva novia: la censura y una nueva enemiga, la libertad de expresión. Es lo que dice el argentino Alejo Schapire. Asumiendo de esta forma la izquierda, la retórica de la derecha ultramontana, fortaleciéndose ambos de doctrinas iliberales, haciendo que desaparezcan cualquier atisbo de la tradición humanista renacentista y que alcanza su plenitud con la Ilustración. Después de cincuenta años (mayo del 68), la izquierda progre traiciona su promesa de «romper cadenas». La izquierda irredenta, demoniza aquí el catolicismo, pero construye una nueva iglesia que se mimetiza con sus propias doctrinas políticas. Decía Nietzsche que «Dios había muerto», de tal forma que cuando el hombre deja de creer en Dios, puede creer en cualquier cosa.

Pedro y Antonio. Tal para cual. Activo por las mañanas, pasivo por las tardes. Es la dualidad del ser, del hombre como especie. La entrevista en Onda Cero fue decisiva en este análisis. Pasivo con la verdad, porque miente incluso cuando duerme. Activo con la mentira, hace alarde de ello, sin ruborizarse, es connatural con su «ser». La dualidad del ser a través del análisis genealógico. Decía Foucault en un artículo titulado como «la amistad como modo de vida» que, no habrá diferencias entre heterosexualidad y homosexualidad. De esta forma desaparecerá el problema que subyace en la heterosexualidad. Decían los movimientos de liberación de los 60 que, cuanto más libres seamos, menos gustaran a los hombres las mujeres. Gran gilipollez (eso lo digo yo), expresada por la progresía e interpretada por un depravado y menorero como Foucaul. Decía que el hombre moderno busca su verdad en su deseo sexual. La división entre conductas sexuales en homo y heterosexuales en absoluto era pertinente para los griegos y romanos. Ellos no tenían la noción del concepto como tal y por otra, tampoco tenían la experiencia. La división moral que entonces se planteaba se circunscribía en la diferencia entre el hombre activo y pasivo. Amén de sí mantenía relaciones sexuales con un menor o no. La combinación de estas dos formas, determina el perfil sobre la moralidad o la inmoralidad. Pero, tenían claro ya en la Grecia de Platón que, para ejercer responsabilidades de familia y de poder, no se podía ser pasivo en su relación con un hombre. Era una cuestión moral, no de prohibición…

No sé por qué mi cabeza me lleva a pensar en la primera acción como político en la Moncloa de «Snchz»: «lo primero que hice fue cambiar el colchón de la cama presidencial». Claro, había dormido Rajoy y había que poner distancia. Distanciar la rancia política de la derecha y la progre política de la izquierda, superioridad moral incluida, que pretendía dar el presidente con su llegada al poder y al falcon. No se lo que ha podido pasar en esa cama antes y después. Tampoco sé sí el colchón terminó en un vertedero en Extremadura y lo adquirió de segunda mano la progre que representa a la derecha (creo que se llama Guardiola. No creo, afirmo, que es boba de solemnidad). Seguro que ésta, mimetizada con el frenesí identitario implantado desde los 60 por los «salvadores de la humanidad», ha asumido su característico catecismo secular: lenguaje inclusivo, victimismo contrario a la meritocracia, igualitarismo, pacifismo, ecologismo, reciclaje y economía circular…y todos los «ismos», que se sintetizan en la bandera extremeña ondeada por la candidata del PP en tierras de robles y bellotas en sus orejas, a modo de pendientes, exhibiendo su nacionalismo al otro extremo del Duero, que es lo que significa Extremadura. Sus cuatro líneas rojas me hicieron llorar. Ay María. Más que una bellota eres una chanquetita de Verano Azul. Que conmovedor. Bueno, a lo mejor subís el escalafón y os mimetizáis con las anchoas del cantábrico, pactando con el otrora falangista Revilla (anchoíta). Vemos que la vida es un círculo. Buxadé el falangista auténtico de VOX como Revilla, tal para cual ¿Qué visión política la de la gaviota de Santander, para encontrarse atada por la masa testicular «femenina» y no poder empezar con una comisión de investigación la legislatura, para saber al menos lo que ha costado estos años que, el cántabro llevase en taxi latitas de anchoas a Madrid?

El racionalismo de Descarte «cogito ergo sum» pienso, luego existo, que encumbra la evidencia en verdad, me lleva a calificar a «Snchz» como activo y pasivo, en su relación con la verdad y la mentira, dada su condición de mentiroso patológico.

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