Inejecución del presupuesto y superávit presupuestario

La economía está basada en gran parte en dos conceptos: confianza y expectativas

Fernando Sicre

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Ha dicho «la Chiqui Marishu» que el superávit «es lo mismo de haberse quedado con dinero sin gastar». Y lo ha dicho recriminando a la Junta de Andalucía de presumir de tener superávit presupuestario. Para rematar la faena «la flamante» número dos del PSOE, considerando que gran parte de la ciudadanía española debe estar a su juicio impedida intelectualmente, ha manifestado que, «para el que no lo entienda, es lo mismo de haberse quedado con dinero sin gastar para los ciudadanos». Precisamente, su apodo se fraguó en una rueda de prensa presupuestaria: «oye chiqui» «pasarse en un presupuesto es fácil». Desde entonces «chiqui» dejó de serlo, para asumirlo ella misma, cuando dijo a continuación que, «lo dice la ministra de Hacienda. Estamos en buenas manos». La Chiqui en estado puro de lozana andaluza. Espetó a continuación que, «y lo digo yo, que soy la ministra que habla con acento andaluz y me critican por ello». Otro craso error. El habla andaluza se reconduce a sus particularidades fonéticas que vienen siendo vistas, como una peculiar modalidad de habla y de pronunciación. Bella, elegante, sutil y versátil por su adaptación a los diferentes territorios andaluces. La antítesis de lo tosco, vulgar, basto u ordinario. Así es que, a su especial modo de comunicarse, hay que añadirle sus lagunas en el conocimiento de Derecho financiero y tributario que le han llevado ahora a utilizar como sinónimos, la inejecución del presupuesto y el superávit presupuestario. Esto no es una ordinariez, esto es no tener ni idea de la materia que gestiona como ministra.

La economía está basada en gran parte en dos conceptos: confianza y expectativas. La natural tendencia de la economía al equilibrio, es consustancial en la economía de mercado, sólo que quien no cree en el mercado, la tendencia natural al equilibrio es un oxímoron

El gasto desaforado y sin sentido es la forma natural de hacer política por estos manirrotos. Pero no sólo ellos son culpables de la deuda. Cuando el PP se hizo cargo del gobierno en 2012, Montoro debió reconocer los enésimos incumplimientos en materia de déficit público, durante toda la legislatura. La credibilidad en economía es un activo de la mayor importancia.

Con la llegada de «Snchz» el gasto y sólo él, ha pasado a convertirse en seña de identidad de la política económica del gobierno. En mi memoria quedará grabada para siempre el inicio de la actual legislatura, cuando el «coletas», en representación de los morados, los «rojos rojos» que se salen de su propio espectro, dispusieron de hasta 14 medidas económicas, entre las que sobresalían, Renta garantizada, Renta complementaria, elevación Salario Mínimo Interprofesional, subida progresiva de todos los impuestos, derogación artículo 135 CE…que cuantificados suponían 96.000 millones adicionales sobre el gasto ya presupuestado. O sea, más y más déficit. Por su parte, los rojos del capullo en la mano, el PSOE, los de «Chiqui» pensaban que, con 25.000 millones de gasto adicional, se cubrían sus ofertas electorales. No me extraña que dijera que «pasarse en un presupuesto es fácil, no tiene problema. Lo he dicho siempre, chiqui, son 1.200 millones, eso es poco, solo lo quitas o pones en una parte del presupuesto». Lo malo de todo esto es que la UE ha hablado. El BCE ha aprobado el nuevo mecanismo de rescate de países endeudados hasta la saciedad como España. De momento ha subido los tipos de interés de intervención del BCE en 50 puntos básicos (0,5%) y el tipo de interés de remuneración de depósitos ha pasado del (-0,5% al 0%). Se ha aprobado el llamado mecanismo de intervención ITP, para el rescate de países con graves problemas (de los que son aspirantes Italia y España).

El BCE comprará deuda para que los tipos de interés de la misma no se disparen, siempre que se cumplan tres condiciones: 1. El país en cuestión no puede estar sometido al protocolo de déficit excesivo, o sea que no puede superar el 3% o cuya deuda pública rebase el 60% sobre PIB. Sí lo rebasa deberá reducir en una veinteava parte al menos en cada ejercicio presupuestario, la diferencia entre la deuda existente (115% sobre PIB) y el objetivo del 60%. Sí esto no se consigue seremos un país sujeto al protocolo de déficit excesivo; 2. No debe estar sujeto a desequilibrios macroeconómicos excesivos. Sí se entiende que la trayectoria de la deuda no es viable en el tiempo, debiera declinarse la compra por el BCE. 3. El país que pretenda que el BCE compre su deuda pública, deberá seguir a «pies juntillas» las recomendaciones de la Comisión Europea hechas en los semestres económicos (las manidas reformas estructurales que supongan un auténtico punto de inflexión). El BCE manda el mensaje siguiente: en 2023 se comenzarán a exigir el protocolo de déficit excesivo. Así es que, en 2024, sí España no corrige el «dispendio» de gasto, sólo nos quedará acudir a los mercados, lo que supondrá la quiebra financiera del Estado. Como quiera que en 2023 a lo más tardar habrá elecciones, los presupuestos del «recorte» los hará previsiblemente la derecha española en toda su extensión.

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