Una turbina en el Lago Salado: L'Etoile Filante de Renault

El 5 de septiembre de 1956, el silencio en el famoso Lago Salado, en Utah, es roto por el silbido de un motor de avión. Pero el cielo está vacío…

Santiago de Garnica Cortezo

Un carro de combate, ni más ni menos. Turboméca, empresa fabricante de las turbinas de los helicópteros Alouette , se implica al cien por cien en el proyecto de un carro de combate con motor de turbina que lanza el estado francés a principios de los años 50 del pasado siglo. Pero la administración gala decide dar carpetazo al mismo. Y Turbomeca se encuentra con tres turbinas de pequeño tamaño denominadas Turmo 1, sin saber qué hacer con ellas.

El modelo es presentado en París

Joseph Szydlowski, que así se llama el patrón de Turboméca, busca nuevas salidas a su producto y piensa que el automóvil, en plena expansión, puede ser un buen campo para los motores de turbina . La idea no es nueva. La firma británica Rover ha creado en 1950 el prototipo Jet 1 que alcanza 135 km/h. Dos años más tarde se presenta en el Salón de Paris el original Socéma Grégoire del famoso ingeniero Jean-Albert Grégoire. Su extraordinario coeficiente aerodinámico CX (0,19) promete prestaciones brillantes (se estima una velocidad punta de 200 km/h), pero su desarrollo se interrumpe de forma brutal. Y en 1954 Fiat también se uniría a este grupo con un prototipo de turbina.

La aerodinámica carrocería estaba construida en poliester

Pero volvamos a nuestra historia. El 24 de agosto de 1944 las campanas de París lanzan al aire el sonido de la liberación, tras varios años de ocupación alemana. P ero en casa de Louis Renault, la alegría no dura mucho . El 23 de septiembre es llamado por el juez y encarcelado acusado de comerciar con el enemigo . Sus problemas de salud se ven acentuados por un trato en prisión aún no bien aclarado hoy día, y fallece el 24 de octubre de 1944. El 15 de enero de 1945 el estado francés nacionaliza la marca del rombo y crea la Regie National des Usines Renault. Al frente del ente se sitúa a una figura brillante y creativa como Pierre Lefaucheux , licenciado en ingeniería, doctor en derecho y héroe de la Resistencia.

Los difíciles primeros años han quedado atrás. Ahora Lefaucheux busca la expansión de Renault ya no solo en Francia. El mercado americano le atrae y sus coches también . La presentación del prototipo Firebird I de la GM en 1953, con sus formas inspiradas en los aviones de caza y su motor de turbina le fascina. Szydlowski le propone su idea, y ambos terminan por acordar la construcción de un automóvil propulsado por una turbina y que sea capaz de batir el record de velocidad de su categoría.

Objetivo: Estados Unidos

A finales de 1954, el proyecto se pone en marcha en el centro técnico de Rueil-Malmaison que en esa época trabaja sobre el proyecto del Dauphine . El objetivo para este modelo no puede ser más ambicioso, la conquista del mercado norteamericano en este final de década. Esto conlleva también la necesidad de potenciar la imagen de Renault y de su tecnología en los Estados Unidos. «L´Etoile Filante» («La Estrella Fugaz»), que así se llama el proyecto de coche de turbina cazarecords , se convierte en el centro de la operación de promoción . Fernand Picard, director de estudios de la REGIE y padre del 4CV, se pone al frente del estudio «7.367» junto con Albert Lory (toda una leyenda proveniente de Delage). Forman parte del equipo los ingenieros Longeau, Boutier, y Hébert: los dos primeros se ocupan de la parte mecánica, y el tercero del chasis y carrocería además de, como piloto de pruebas, estar a cargo de la puesta a punto del coche. No se puede olvidar a François Landon, responsable del servicio de competición, ni al ingeniero Dabadie, de Turbomeca.

En torno a una potente turbina que proporciona 270 CV conciben su automóvil. De hecho, una turbina de gas es, esquemáticamente, un turborreactor equipado con una rueda de paletas , impulsado por los gases expulsados y que pone la transmisión en movimiento. Sobre el papel, este motor tiene muchas ventajas: simplicidad, fiabilidad, tamaño reducido y prácticamente ninguna vibración. Sin embargo, es necesario soportar una altísima velocidad de rotación (los 270 CV se alcanzan a 28 000 rpm) que implica el montaje de un complejo sistema de reducción para trasmitir la fuerza a las ruedas, consumos descomunales, abundantes gases de escape a una muy elevada temperatura, y una ausencia de freno motor que exige un sistema de frenado sobredimensionado.

La turbina se asocia a un nuevo cambio bautizado como Transfluide : los trabajos sobre esta trasmisión servirán para su incorporación al Renaul Frégate de serie.

La turbina se integra en un chasis realizado con tubos de aluminio, mientras que el piloto va en una posición muy adelantada , protegido de un envolvente parabrisas. La carrocería se ha elaborado toda ella en poliéster .

Tras las primeras pruebas, con Jean Hébert al volante, realizadas en el circuito parisino de Montlhery así como en el trazado italiano de Monza, se presenta el coche en público, con una importante operación de comunicación.

El ingeniero y piloto Jean Hébert con el L'Etoile Filante

Se realiza un segundo prototipo que se envía directamente a los Estados Unidos.

El 5 de septiembre de 1956, el silencio en el famoso Lago Salado, en Utah, es roto por el silbido de un motor de avión. Hay quien mira al cielo para intentar ver al responsable de tal estruendo. Es inútil. La máquina, que gira a casi 310 km / h, tiene las cuatro ruedas bien apoyadas en el suelo. Pilotado por Hébert , el curioso «platillo volante» con sus dos grandes alas verticales en la parte posterior para ayudar a mantener la trayectoria, acaba de batir varios récord mundiales de velocidad en la categoría vehículo terrestre de menos de 1.000 kg con propulsión por turbina, cubriendo el kilómetro lanzado en 11» 73 (306,90 km/h), la Milla en 18» 83 (307,680 km/h) y los 5 kilómetros en 58» 28 (308,85 km/h). «L'Etoile Filante» ha logrado con éxito su apuesta. Renault se da a conocer en el mercado americano aunque esto no servirá para abrir las puertas del éxito al Dauphine.

En el Lago Salado, el 5 de septiembre de 1956, el equipo trabaja en torno al coche de turbina

En cuanto a la aplicación de la turbina en un automóvil de serie , solo se verá en el Chrysler Turbine de 1963, aunque hablar de serie es algo excesivo: después de fabricar cinco prototipos, se pusieron a la venta solo cincuenta unidades destinadas a otros tantos clientes seleccionados, de las que solo han sobrevivido nueve coches.

Sesenta años después

Los dos «Étoile Filante» de Renault se han conservado, así como dos de los records de categoría obtenidos en su momento.

Pero esta historia no acaba aquí. En el año 2016 Renault celebra el sesenta aniversario de «L'Etoile Filante» y del Dauphine. Y con este doble motivo Renault Classic acude a la Speed Week, la famosa semana de la velocidad que se celebraba en Bonneville del 13 al 19 de agosto, con uno de los ejemplares de «L'Etoile Filante» así como con un Dauphine que confiará al piloto Nicolás Prost .

En 2016 Renault acide al Lago Salado con el L'Etoile y un Dauphine

Y al volante de este Dauphine con motor de 956 cc, y el número 9561 en la puerta, sobre el Lago Salado Nicolás bate el 14 de agosto el record de la clase CGC (Classic Gas Coupé) a 76,541 mph, correspondiente a vehículos construidos de 1928 a 1981, y de una cilindrada entre 754 y 1015 cc. Sin duda un bello homenaje a toda una estrella nada fugaz.

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