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Ojo al peligro de la vista no graduada en la conducción

Ya sea conduciendo de día o de noche, con buen o mal tiempo, unas gafas de sol o unas lentes graduadas, en caso de necesitarlas, bien pueden ser la diferencia entre un accidente o una marcha segura

Madrid Actualizado: Guardar
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El Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de la Región de Murcia recuerda que la llegada de días más largos aumenta los desplazamientos en coche y, como consecuencia, también el riesgo de accidentes, muchos debidos a problemas visuales sin corregir del propio conductor.

De ahí que recomiende revisar nuestra visión, sobre todo si utilizamos corrección visual y/o superamos los 45 años de edad. También lamenta que el 46% de los automovilistas no revise su visión anualmente, aumentando así el riesgo de accidentes de tráfico.

Por todo ello, recomienda acudir a revisiones visuales al menos una vez año, en lugar de esperar a la renovación del permiso de conducción, «constituye una medida de prevención».

Deslumbramiento, enemigo en la carretera

Junto a la edad, el estado psicofísico y las enfermedades oculares, entre otros, el Colegio resalta que «existen otros factores concurrentes, externos o ambientales, que inciden de forma directa en la visión del conductor, incrementando el riesgo de siniestralidad vial».

Entre ellos, la conducción nocturna, la baja luminosidad por factores atmosféricos y el deslumbramiento. Sobre el último caso, el Colegio advierte que los haces de luz de los otros vehículos y la luz natural o radiación solar «constituyen las principales fuentes de deslumbramiento al volante».

Una fotoprotección ocular adecuada, mediante gafas de sol, puede atenuar y evitar los efectos de la radiación. Situaciones como conducir con el sol de frente al amanecer y al atardecer, con reflejos sobre el asfalto mojado o destellos de luz del mediodía sobre el capó de otros vehículos provoca, en muchos casos, pérdida temporal de visión.

Las estadísticas reflejan que el 12% de los conductores nunca usa gafas de sol, que el 33% solo lo hace en ocasiones y que solo el 55% se protege con ellas de forma habitual mientras conduce.

Protegerse de la radiación ultravioleta

Una gafa de sol homologada incrementa la sensibilidad al contraste, reduce el tiempo de adaptación a cambios bruscos de luz y disminuye los deslumbramientos. Todo redundará en una mayor seguridad durante en la conducción. La protección a las radiaciones ultravioletas dañinas previene de patologías derivadas de largas exposiciones a estas radiaciones. Es más, las gafas de sol también pueden ser graduadas.

Para conducción nocturna, el Colegio aconseja que los cristales dispongan de tratamiento antirreflejante de calidad, para evitar deslumbramientos por luz artificial.

Y sobre los usuarios de lentes de contacto, el COORM aconseja para efectuar un viaje largo llevar la gafa graduada actualizada equivalente. Así, en caso de aparecer molestias, como sequedad ocular y fatiga, se podrán usar garantizando una visión perfectamente corregida.

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