La fábrica de coches del futuro se ensaya en París antes de llegar a España
El nuevo 208 estrena en Trnava (Eslovaquia) la técnica de montaje en la misma línea de coches con tecnologías muy diferentes, que posteriormente pondrá en práctica la factoría aragonesa de Figueruelas
La principal novedad del nuevo Peugeot 208 es que podrá comercializarse con propulsores diésel, gasolina o eléctricos. El reto es mayúsculo porque este tipo de vehículos requieren una configuración distinta del modelo , que afecta, entre otros muchos factores, a los componentes y el reparto de pesos por culpa del «equipaje» extra que suponen las baterías. Motivos por lo que hasta ahora la mayoría de los fabricantes habían apostado por ofrecer modelos eléctricos específicos.
La plataforma modular multienergía CMP de PSA permite ofrecer todas estas tecnologías en un mismo automóvil aprovechando los espacios vacíos dejados por la transmisión y el depósito de combustible. Algo que también facilita montar en una misma línea tanto las versiones electrificadas como las de combustión.
Una técnica que en marzo se extenderá a la factoría eslovaca de Trnava y en breve llegará a la factoría aragonesa de Figueruelas, donde se ensamblará el nuevo Opel Corsa, que emplea la misma base tecnológica que el 208. Este procedimiento, no obstante, se ha perfeccionado antes en la denominada «mini-línea», una fábrica en miniatura ubicada en el corazón del laboratorio de innovación de Velizy, en las afueras de París.
«Hay ocho estaciones de trabajo, que representan a unas 200 estaciones en una fábrica normal», explica Arnaud Fergeix , responsable de proyecto e208, mientras recorremos las instalaciones junto a un reducido grupo de medios. Una sala repleta de prototipos sin terminar precede a la instalación en sí, similar, salvo por el tamaño, a la de una factoría convencional.
Cada estación de la «mini-línea» representa una parte muy específica del proceso de montaje final. Frente al veloz ritmo de una factoría al uso -Vigo, por ejemplo, ensambla un coche cada 47 segundos-, aquí únicamente se ensamblarán 33 coches durante todo un año. El objetivo no es la máxima productividad, sino detectar con rapidez cualquier anomalía en los procesos de producción, y posibles problemas en la línea o en el coche, y aplicar las soluciones en apenas un día.
Con los coches terminados en esta instalación posteriormente se efectuarán pruebas de resistencia, crash-test internos (no los oficiales , que cogen el coche de la fábrica o del concesionario) y procesos de validación del rendimiento, aunque su destino definitivo estará obligatoriamente lejos de las carreteras: a la mayoría les espera el desguace, y a unos pocos, el museo.
