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Consejos mantenimiento neumáticosLas ruedas, en condiciones para afrontar la lluvia

Es importante hacer un chequeo «sanitario» al neumático si el tiempo se recrudece

Las cubiertas son clave con mal tiempo y su buen estado resulta crucial

El neumático es el componente más orgánico de nuestro vehículo y de ahí que debamos extremar su cuidado

Madrid Actualizado: Guardar
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Con la llegada de las lluvias, Continental recuerda que circular con neumáticos «saludables» es vital. Son el único elemento de contacto entre el vehículo y la carretera. Por ello es fundamental someterles a un chequeo sobre su «salud» con cierta periodicidad.

Se recomienda revisar su estado al menos una vez al mes y siempre antes de iniciar un viaje. Estas son las claves para advertir un derioro en su estado que podría acarrear problemas:

- Desgaste excesivo. Un neumático desgastado pierde agarre o adherencia, sobre todo en mojado. La normativa establece que la profundidad del dibujo de la banda de rodadura no debe ser inferior a 1,6 mm aunque, para ganar agarre y seguridad, se recomienda no bajar de 3 mm, sobre todo con suelo mojado.

Y es que un neumático desgastado aumenta radicalmente el riesgo de aquaplanning y alarga la frenada de forma alarmante. Habitualmente, las cubiertas cuentan con un testigo de uso que indica si la profundidad del dibujo es mayor de 3 mm. Es importante revisar la mayor parte de banda de rodadura y no olvidar la zona interior, porque el desgaste puede ser irregular.

- Bultos, cortes, roces, bordillazos. En caso de que el neumático presente alguna de estas anomalías, se debería visitar a un especialista para que los revise y evalúe los daños, y si procede, realizar su sustitución. Es de vital importancia no intentar reparar los neumáticos con éstas u otras anomalías.

- La edad. Los neumáticos se deterioran con el paso del tiempo y pierden prestaciones por lo que, aunque no tienen fecha de caducidad, se aconseja cambiarlos cuando pasan 10 años desde su fecha de fabricación, aunque no se hayan utilizado o visualmente no estén en aparente mal estado de uso.

- Presión incorrecta. Mantener la presión correcta ayuda a que el neumático se mantenga bien. Circular con una presión inferior a la recomendada reduce la estabilidad, aumenta el peligro de pérdida repentina de aire e incrementa el consumo de combustible. Una presión excesiva provoca un desgaste prematuro por el centro, reduciendo su vida útil. Además, al perder superficie de contacto se pueden producir pérdidas de adherencia, mayor incidencia de impactos de objetos ajenos, más incomodidad de la conducción y mayores vibraciones.

- Cristalización. Indica que éste no está «sano». Los neumáticos cristalizan en vehículos que pasan mucho tiempo a la intemperie, sobre todo por altas temperaturas, por envejecimiento por edad y aquellos que reciben mucha radiación solar. Hay que evitar que los neumáticos reciban mucha radiación solar y se expongan a temperaturas extremas (sobre todo altas).

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