«Ir a 30 por hora en Madrid aumentará la contaminación y ralentizará el tráfico»

La Asociación Madrileña de Distribuidores de Automóviles (AMDA) critica la Ordenanza de Movilidad Sostenible de la capital, y niega los argumentos del Consistorio para su aprobación

Vista de la Gran Vía de Madrid G. Navarro

S. M.

El pasado 5 de octubre el Ayuntamiento de Madrid aprobó la nueva Ordenanza de Movilidad Sostenible , que limita a 30 kilómetros por hora la velocidad máxima permitida en el 80% de las calles de Madrid. Anteriormente el límite de velocidad era de 50 salvo en zonas excepcionales de la almendra central. En las calles de un sentido y de un carril por sentido es a partir de ahora obligatorio circular a 30 kilómetros por hora.

Según el Ayuntamiento es una cuestión de seguridad . En un atropello a 50 kilómetros por hora el riesgo de muerte es ocho veces más alto que si se produce a 30 por hora. Además los peatones podrán cruzar una calle, dentro de una zona 30 por cualquier punto sin necesidad de utilizar un paso de cebra.

La Asociación Madrileña de Distribuidores de Automóviles (AMDA), cree sin embargo que esta medida no es definitiva para solucionar el problema del tráfico de la ciudad, ni de la contaminación atmosférica, ni de la seguridad vial . «Se justifica la reducción de velocidad para mejorar la seguridad de los peatones, pero los datos indican que las principales causas de atropello en ciudad provienen de la imprudencia de los peatones, por la mala iluminación de las vías y por las distracciones de conductores de vehículos y de los peatones», explican en un comunicado, en el que referencian a estudios elaborados por la DGT.

Solo en Madrid capital se produjeron 4 atropellos al día en 2018, debido al creciente número de distracciones, como los smartphone o el uso de auriculares. «AMDA también quiere apuntar que el uso de coches eléctricos –incentivados por sus bajas emisiones- por el centro de la ciudad podría incrementar el número de atropellos de peatones, ya que estos vehículos son muy silenciosos y no tienen ruido de motor, por lo que sería necesario que incorporasen algún sonido acústico que hiciera más audible su presencia para el peatón», explican los distribuidores madrileños.

Velocidad inadecuada

Respecto a las retenciones, «AMDA ha comprobado que una velocidad inferior o igual a 30 Kms hora no es una velocidad adecuada para conducir en la ciudad de Madrid. “De hecho, cualquiera puede comprobar que fácilmente podemos superar esa velocidad al desplazarnos por un parking grande y amplio como el de un aeropuerto o el de un gran centro comercial. En cualquier campa de un concesionario se alcanza esa velocidad para ir de un punto a otro”», afirma Moisés González, presidente de AMDA . «Circular tan despacio, por debajo de 30 kms hora, puede ser causa de que el tráfico empeore en la ciudad de Madrid, produciéndose un mayor número de retenciones y atascos».

«Nos gustaría recomendar al consistorio de una capital Europea tan importante, que antes de implantar este tipo de iniciativas, las experimentara, las midiera y las valorara con estudios de calado en ciudades más pequeñas donde el impacto de una mala política vial fuera menor. Seguro que habría poblaciones que estarían encantadas de –a cambio de una compensación- ser la sede de estudios de movilidad vial de este tipo. Una vez comprobado su éxito y sus ventajas, se podrían implementar en la capital», aconseja González.

En cuanto al posible incremento de la contaminación, «el Ayuntamiento de Madrid está dando por hecho que los conductores van a saber circular a menos de 30 kms hora sin revolucionar en exceso sus motores. Todo lo contrario, circular en primera o en segunda implica un motor más revolucionado, lo que conlleva una mayor emisión de gases nocivos», apuntan desde AMDA. «Un motor de combustión contamina en función de lo revolucionado que vaya el motor y en muchas ocasiones el conductor procurará que el coche no se “cale” aumentando el régimen de giro de éste, generando un mayor consumo de combustible y por tanto de emisiones contaminantes. Que Madrid sea una ciudad con pendientes muy pronunciadas es también un “hándicap” para que los conductores puedan mantener una velocidad por debajo de 30 kms hora sin subir las revoluciones de su vehículo».

Los expertos recomiendan cambiar entre las 2.000 y las 2.500 revoluciones por minuto en los coches de gasolina y entre 1.500 y 2.000 en los diésel, pero no sirve de nada si cambiamos de marcha en esos rangos y vamos tan despacio que el coche prácticamente se cala, realizando el motor un esfuerzo para no pararse que hace que los consumos, y por tanto las emisiones, se disparen.

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