Mazda desembarca en la batalla de los eléctricos con el MX-30

Un modelo que transmite sensaciones similares a los vehículos de combustión y que tiene 265 km de autonomía

M. Trigueros

Mazda está en plena celebración de su primer siglo de existencia, un tiempo en el que su fuerte siempre han sido los motores de combustión, especialmente los de gasolina, donde han conseguido altos niveles de eficiencia. Sin embargo, los nuevos tiempos les han llevado a adentrarse en la producción de coches eléctricos para reducir las emisiones y eludir las temidas sanciones de la UE . De esa necesidad nace el MX-30, su primer modelo 100% eléctrico de serie, que es heredero de los «concepts eléctricos» diseñados por la marca japonesa en los últimos 50 años.

El MX-30 se comercializará en España a finales de este mes con un precio desde 34.590 euros y una autonomía de 265 kilómetros. El modelo huye de estéticas futuristas, como ocurre con otras marcas, y mantiene la estética de sus SUV. Como muy similar a otros modelos de la marca, pero huye, como han hecho otras marcas, de darle un aire futurista para que sea reconocible como un Mazda, según destacó el director de marketing de la marca japonesa, José Manuel Loscos, durante la presentación nacional del modelo en Madrid.

El cliente de este modelo, señaló Loscos, es una persona urbana, con dos o más coches, que en sus desplazamientos hacen unos 50 km al día, con un poder adquisitivo alto y preocupación por el medio ambiente . Se trata de un SUV de 4,39 metros de largo, 1,79 metros de ancho y 1,57 metros de alto que está propulsado por un motor eléctrico de 145 CV al que alimenta una batería de 35,5 kWh, que tarda se recarga 36 minutos (del 20 al 80%) en un punto de carga rápida y unas tres horas en un wallbox -la marca lo regala actualmente, la instalación la paga el usuario-. La velocidad máxima está limitada a 140 km/h.

El comportamiento circulando en su territorio natural, las calles de la ciudad, es impecable, porque responde a la perfección a las exigencias de una limitación de velocidad a 50 km/h . Cuando lo sacas a carretera, enfrentándolo a trazados de todo tipo, desde autovía, a carreteras nacionales, pasando por reviradas carreteras de montaña y caminos de tierra, es cuando compruebas las calidades de este modelo. Las sensaciones de conducción son muy similares a las de un coche de combustión, algo a lo que ayuda, en gran medida, el sonido artificial creado por los ingenieros (Mazda sound concept) para mantener las sensaciones de aceleración.

Lleva una caja automática (de una única velocidad) y 5 modos de regeneración de la energía. Estos modos de regeneración de energía -se activan a través de las levas del volante-, utilizados de forma correcta, permiten evitar el freno y aprovechar toda la energía cinética de la desaceleración para cargar la batería.

Destaca en su diseño exterior la ausencia del pilar B , lo que permite que sus puertas tengan una apertura enfrentada para facilitar la entrada a los pasajeros de atrás, lo que no es fácil en un parking en el que nos hayan aparcado cerca de nuestro vehículo. Una cintura de hombros alta y una línea de techo tipo coupé hace que las ventanas traseras no cuenten con mucha zona acristalada.

Del interior reseñar el uso de materiales sostenibles (corcho en la consola flotante, PET de botellas recicladas en las tapicerías de las puertas o piel sintética) y la profusión de pantallas (el cuadro digital de siete pulgadas, la central de 8 del sistema de infoentretenimiento y el head-up display), lo que le da un toque muy tecnológico y ecológico a la vez.

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