HVO, el biocombustible neutro en CO2 que ya mueve a los autobuses de Bilbao

Una flota de doce autocares recorre ya las calles de Bilbao en una experiencia piloto de Repsol con Bilbobus y Alsa

Algunos de los autobuses de Bilbao que funcionan ya con HVO

ABC

Aunque pueda parecer que la electrificación es la vía más directa e incluso la única hacia la reducción de emisiones contaminantes y de CO2, la tecnología avanza en varias líneas con el mismo objetivo. Y una de las muestras es el HVO , un biocombustible avanzado, 100% renovable, que cumple con las certificaciones de sostenibilidad que exige la Directiva de Energía Renovable de la Unión Europea.

Repsol , Bilbobus y Alsa han iniciado la primera prueba piloto en España con HVO, con una flota de doce autobuses de Bilbobus que circularán durante los próximos cuatro meses por la ciudad de Bilbao, utilizando biocombustibles avanzados producidos a partir de residuos.

El proyecto supondrá una reducción aproximada de 300 toneladas de CO2 durante el período en el que se llevará a cabo la prueba piloto y pretende demostrar que los biocombustibles avanzados producidos a partir de residuos son parte de la solución para alcanzar los objetivos de sostenibilidad en la movilidad terrestre porque ayudan a diversificar la matriz energética de España. En esta ocasión, el volumen de combustible utilizado, suministrado desde el Repsol Technology Lab, será de más de 100.000 litros de biocombustible.

Repsol incorpora biocombustibles a sus carburantes de automoción desde hace más de dos décadas. Durante los últimos años se ha ido incrementando el contenido de biocombustibles y en 2021 esta cifra ha alcanzado el 9,5% en energía , en línea con los requisitos regulatorios en España que trasladan los compromisos acordados como país con la UE.

¿Qué son los biocombustibles?

Según ha explicado a este diario Adriana Orejas, directora de proyectos de tecnología industrial y Deep Tech de Repsol Technology Lab , España tiene una capacidad de renovables envidiable, además combina la energía fotovoltaica y la eólica de una forma muy óptima. Según explicó, más del 50% de las emisiones en España son consecuencia del turismo, con un importante peso en ese porcentaje del transporte marítimo y aviación. Según Orejas, para lograr las 'cero emisiones netas' hay dos rutas, la de los combustibles circulares de residuos y la de la elaboración de combustibles sintéticos.

En el primero de los casos se utiliza un residuo procedente de un combustible de carbono obtenido por las plantas a través de la fotosíntesis y utilizando hidrógeno verde se produce un combustible. Al final se obtiene un balance cero de CO2, es decir, se emite a la atmósfera la misma cantidad que se ha capturado.

En cuanto a la elaboración de combustibles sintéticos, «estos también se obtienen mediante la captura de CO2 e hidrógeno verde mediante electrólisis y el resultado igualmente es que el CO2 que se emite sea el mismo CO2 que se captura». «Es una ruta infinita», afirma, mediante la cual una planta industrial de este estilo «podría utilizar un millón de toneladas de CO2 al año». La desventaja, según la investigadora de Repsol, es el posible coste de la utilización de energías renovables , «pero, en este caso, en España partimos de una situación ventajosa por la utilización de aerogeneradores y plantas solares», asegura.

La composición química de los combustibles sintéticos permite su uso en los vehículos actuales con motores de combustión, que suponen la gran mayoría del parque automovilístico, y al mismo tiempo facilita el aprovechamiento de las infraestructuras ya existentes de repostaje y distribución, que sería el mismo que se utiliza actualmente a través de las estaciones de servicio. Tampoco sería necesario realizar modificaciones en los vehículos.

Repsol ha anunciado la construcción en Cartagena de la primera planta de España de fabricación de este tipo de ecocombustibles , que producirá 250.000 toneladas anuales a partir de 2023. A partir de hidrógeno y materia prima reciclada (que puede ser desde aceites de fritura, grasas o la fracción orgánica de los residuos urbanos, a biomasa procedente de restos agrícolas o forestales), en la planta de Cartagena se podrán fabricar biocombustibles avanzados, como hidrobiodiésel (HVO por sus siglas en inglés), biojet, bionafta y biopropano . El resultado serán unos biocombustibles que se pueden usar sin modificaciones en los motores actuales y que significarán un ahorro de emisiones de 900.000 toneladas de CO2 al año, una cantidad similar al CO2 que absorbería un bosque del tamaño de 180.000 campos de fútbol.

Por otro lado, la empresa está inmersa en el desarrollo en el puerto de Bilbao de un proyecto innovador a nivel mundial para producir combustibles sintéticos con cero emisiones netas , usando hidrógeno renovable y CO2 capturado en los procesos industriales de la refinería de Petronor. En esta planta se obtendrán combustibles sintéticos que se pueden usar en los motores actuales de automóviles, camiones o aeronaves. Para ello se utilizan como únicas materias primas CO2 capturado en la refinería de Petronor e hidrógeno producido con electricidad 100% renovable. El CO2 emitido por estos combustibles en su ciclo de vida completo es equivalente al que se captura y emplea en su fabricación, de lo que resulta un balance neto de cero emisiones.

En el ámbito de los ecocombustibles gaseosos, el puerto de Bilbao acogerá también una planta de generación de biogás a partir de residuos urbanos, que se empleará para reemplazar parte del consumo de combustibles tradicionales que alimentan la producción de la refinería de Petronor.

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