Las ventajas fiscales a empresas, una via rápida para hacer asequible el coche eléctrico

La federación ecologista Transport & Environment propone reformar la fiscalidad de los coches de empresa y reformular los tributos de matriculación y circulación, además del sistema de etiquetas medioambientales

Unai Mezcua

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Incentivar fiscalmente el coche eléctrico de empresa podría ser una vía rápida para facilitar su adopción a gran escala. Esta es una de las propuestas que contemplan la federación de organizaciones ecologistas para incentivar este tipo de vehículos, cuyas ventas cerrarán 2019 suponiendo menos del 1% de las matriculaciones.

En un informe elaborado junto a la Catedrática de Derecho Financiero y Tributario Marta Villar Ezcurra , , de 3 a 5 años, mucho más asequibles. También incentivaría la instalación de puntos de recarga en los lugares de trabajo, facilitando su uso a quién carezca de garaje privado.

«Los vehículos de empresa son catalizadores para el desarrollo del mercado de segunda mano en la medida que permiten acelerar la equiparación de precios entre vehículos eléctricos y de combustión», resalta Isabell Buschell , portavoz de T&E. Estos llegarían además al comprador particular en un estado mecánico óptimo debido a las fórmulas de leasing o renting, que garantizan un mantenimiento profesional. Otra ventaja, añade, es el potencial «efecto arrastre» entre familiares y vecinos que puedan sentirse atraídos por el modelo eléctrico.

Entre las medidas concretas que plantean, piden mejorar el tratamiento fiscal del rendimiento en especie del IRPF, recuperar las deducciones en el Impuesto de Sociedades y el IRPF por vehículos respetusoso con el medio ambiente e incluir el régimen fiscal de libertad de amortización y amortización acelerada para los vehículos que se dediquen exlusivamente a la actividad económica. El modelo a seguir, dicen, es el de Países Bajos y Reino Unido.

En el informe, T&E pide también rediseñar el impuesto de matriculación para orientar a los consumidores hacia la compra de vehículos de cero emisiones durante su circulación, lo que tecnológicamente, al menos por ahora, es sinónimo a eléctrico o de pila de hidrógeno. Según sus cálculos, seis de cada diez coches están actualmente exentos debido al cálculo por tramos del tributo, que deja fuera a todos aquellos que emitan menos de 120 gramos de CO2 por kilómetro. Igualmente, reclaman reformar el impuesto de circulación para que deje de apoyar a los vehículos de gas, cuya bonificación es idéntica a la de los eléctricos.

«Sin reforma fiscal es imposible lograr el objetivo que se ha fijado España en el PNIEC de tener circulando 5 millones de vehículos eléctricos en el país en 2030. Rediseñar los impuestos de matriculación y de circulación es una tarea primordial y urgente para esta legislatura», asegura Buschell.

Las organizaciones ecologistas insisten también en la necesidad de impulsar una red nacional de puntos de recarga, que evite a los compradores la denominada «rage anxiety» o «miedo a quedarse sin autonomía». También coinciden con algunos fabricantes en pedir una reforma del etiquetado ambiental de los vehículos, que clasifica el parque en función de su tecnología y antigüedad en los escalones 0, ECO, C y B. Actualmente, critican, « permite la inclusión dentro de las categorías 0 y ECO de vehículos a gas y de SUV híbridos enchufables de gran cilindrada que tienen emisiones contaminantes elevadas, en muchos casos superiores a las de vehículos de menor tamaño que, con los criterios actuales, reciben etiqueta C o B».

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