Sobre el cuadro, y frente al conductor, el head-up display de un DS 5. Su origen se remonta a la aviación de combate
Sobre el cuadro, y frente al conductor, el head-up display de un DS 5. Su origen se remonta a la aviación de combate

El curioso origen de algunas tecnologías automovilísticas

Ocho tecnologías de origen gubernamental y militar, auténticos avances técnicos ideados para hacer más seguros, capaces y eficientes vehículos militares, incluyendo aviones, han llegado en el tiempo a los turismos de calle

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Así lo recuerda Citroën a través de su blog oficial, que se hace eco, por ejemplo, del sistema antibloqueo de frenos ABS: asegurar que las ruedas sigan rodando en la frenada supone que el conductor mantenga la dirección para evitar un posible obstáculo. Pero también que la fuerza de detención se aplique de forma más eficaz y controlada, mejorando la parada.

El ABS comenzó a desarrollarse después de la Segunda Guerra Mundial, junto a los aviones a reacción, y en la década de los 60 dio el salto a los coches. Desde 2003 es obligatorio para todos los coches de nueva fabricación.

En cuanto a la fibra de carbono, hoy presente en piezas de algunos vehículos e incluso masivamente presente en coches de competición y hasta de calle calle, fue desarrollada a principios de la década de los 60, aunque su origen se remonta a los filamentos de las primeras bombillas.

Por su parte, los sensores de aparcamiento que advirtien de la proximidada a obstáculos próximos al vehículo proceden del sónar de los submarinos. Y el radar, desarrollado por los británicos durante la Segunda Guerra Mundial para alertar de aviones enemigos, se utiliza actualmente como elemento de seguridad activa en turismos para ajustar automáticamente el control de velocidad según el tráfico o para frenar un vehículo de forma autónoma, sin intervención del conductor, si detecta un obstáculo en la trayectoria.

Lo mismo con la luz láser que comienza a aplicarse en los faros y pilotos de los vehículos, con la visión nocturna que permite ver animales o peatones en la oscuridad al detectar el calor corporal de estos y con el head-up display, tomado de los cascos de los pilotos de combate y que proyecta información del vehículo —velocidad, indicaciones del GPS…— en el parabrisas, para evitar así apartar la vista de la carretera.

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